Este miércoles será la última de las transmisiones en busca de una respuesta del rover atascado en Marte
Desde el 22 de marzo de 2010 el rover Spirit se ha mantenido en silencio. Quedó incomunicado tras atorarse en una duna de arena cuando el invierno marciano se aproximaba, y no pudo moverse a un sitio que permitiera a sus paneles acumular suficiente energía para mantenerse activo, por lo que entró en hibernación.
En el invierno marciano, con la mayoría de los calentadores apagados, el robot estuvo expuesto a temperaturas internas más frías que en cualquiera de otro invierno, por lo que el frío pudo haber averiado cualquiera de sus componentes electrónicos.
Durante los últimos meses, a pesar de las pocas posibilidades de recuperar la comunicación con él, la Red del Espacio Profundo de la NASA, con antenas en California, España y Australia, ha mantenido un intenso monitoreo para ‘escucharlo’. El 10 de marzo pasado, cuando se calculó que el sitio donde está recibiría mayor cantidad de energía, se despertaron las esperanzas y los encargados del rover modificaron comandos para que pudiera operar o mandar señales, sin embargo no ha habido respuesta.
Así, prácticamente estaría siendo declarado irrecuperable, al menos que por alguna razón extraordinaria ‘despertara’ como ya lo hizo en alguna ocasión; los científicos trabajarían con Opportunity, el otro rover gemelo que se mantiene funcionando (ha recorrido 26 kilómetros, a diferencia de los 7.7 de Spirit antes de atascarse), y se enfocarían al lanzamiento en noviembre de Curiosity, un rover-laboratorio de nueva generación que buscará indicios directos de vida marciana.

