La sonda WISE echa atrás la teoría de que un pedazo de este asteroide fue el culpable de la extinción; el verdadero responsable anda libre
La teoría más aceptada acerca de la desaparición de los dinosaurios y otras formas de vida involucra a un asteroide que impactó en nuestro planeta hace 65 millones de años, el cual dejó un enorme cráter en el Golfo de México, el de Chicxulub. El registro fosil ha mostrado minerales comunes en los meteoritos pero raros en la corteza terrestre.
Hace cuatro años, en 2007, científicos del Instituto de Investigación Southwest, en Colorado, a partir de sus estudios con telescopios terrestres, señalaban por primera vez como responsable a un pedazo de un gigantesco asteroide, Baptistina (hoy éste es una roca de 170 kilómetros de diámetro) que hace 160 millones de años habría chocado con otro en el cinturón de asteroides entre Marte y Júpiter. De tal colisión resultarían fragmentos tan grandes como una montaña y uno de ellos, de 10 km de diámetro, habría llegado a la Tierra y causado la extinción del Cretácico-Terciario.
Sin embargo, las últimas observaciones de la sonda WISE (Wide-field Infrared Survey Explorer) de la NASA niegan que el responsable haya sido el fragmento de Baptistina, porque al analizar la reflectividad y el tamaño de 120,000 asteroides en el citado cinturón, incluidos 1,056 de la familia Baptistina, descubrió que la ruptura del asteroide padre se produjo hace unos 80 millones de años, es decir la mitad del tiempo sugerido. En otras palabras, el pedazo de asteroide que es acusado no habría tenido tiempo (15 millones de años) para modificar su órbita, alcanzar la Tierra y causar la extinción.
El tamaño y la reflectividad de los miembros de una familia de asteroides indican a los investigadores cuánto tiempo se requeriría para alcanzar sus ubicaciones actuales. Los asteroides más grandes no se dispersarían en sus órbitas tan rápido como los más pequeños. De enero de 2010 a febrero de 2011, WISE ha escaneado el cielo entero dos veces. Ha catalogado más de 157,000 asteroides en el citado cinturón y descubierto más de 33,000 nuevos. Con sus datos los científicos realizan un ‘árbol genealógico’ de las clases de asteroides que existen en el cinturón a fin de de encontrar al verdadero culpable. Fuente: NASA

