Un olor a frambuesas o ron podría brindar pistas sobre los componentes básicos de la vida en el espacio
El astronauta ruso Alexander Skvortsov, comandante de la Estación Espacial Internacional, ya había dicho que el cosmos tiene un olor inconfundible. En 2009, astrónomos del Instituto Max Plank utilizaron el radio telescopio IRAM en España para estudiar a Sagitario B2, una nube de polvo cerca del centro de la galaxia, y concluyeron que emite un olor a frambuesas o ron.
La sorprendente declaración, publicada en el diario Astrophysics, ha sido confirmada por varios estudios consecutivos de nubes de polvo similares. La razón por la cual se cree que existe un olor tan particular, es debido al formiato de etilo (C3H6O2), una de las señales químicas detectadas en las nubes cósmicas que constituye el sabor dominante de las frambuesas y también está presente en el ron.
A pesar de los asombrosos resultados, Arnaud Belloche, también del Instituto Max Plank, recuerda que si bien el formiato de etilo está presente en las frambuesas, intervienen muchas otras moléculas en su sabor. La densidad del formiato de etilo hallado es demasido delgada para ser determinante. Además, debido a la falta de oxígeno, sería imposible respirar y oler el aroma que posiblemente emana del centro de nuestra galaxia.
En la Tierra, el formiato de etilo normalmente se obtiene cuando el etanol reacciona con el ácido fórmico (componente principal del veneno de las hormigas). El descubrimiento sirve para recordar que los químicos que conocemos como un producto de los seres vivos pueden ser producidos por otros medios. En este caso, por el impacto de la luz ultravioleta en ciertas moléculas. De hecho, se cree que los alcoholes abundan en el espacio.
De las 4 mil distintas señales químicas halladas en Sagitario B, únicamente se han identificado alrededor de 50 moléculas. El objetivo principal de los astrónomos involucrados en esta investigación, es hallar los amino ácidos o componentes básicos de la vida. Dado que la glicina, el aminoácido más simple, no es más grande que el formiato de etilo, el hallazgo les ha dado nuevas esperanzas.