A tan sólo 2.6 millones de años luz de la Tierra, IC 10 ha colisionado con otra galaxia, dando lugar a una erupción de nuevas estrellas
Enormes galaxias como la Vía Láctea o Andrómeda se crearon tras la colisión de dos galaxias más pequeñas. Ahora, astrónomos tienen la rara oportunidad de estudiar una colisión similar. A tan sólo 2.6 millones de años luz de la Tierra, se encuentra una galaxia llamada IC 10, la cual permite ver con detalle el encuentro de dos galaxias enanas.
IC 10 es la única galaxia con brote estelar, es decir con múltiples nacimientos de estrellas, en el Grupo Local de galaxias (donde se encuentra la nuestra; la Vía Láctea). Desde hace tiempo, astrónomos han observado un número sorprendente de estrellas de corta duración en IC 10, evidencia de que la galaxia experimenta un brote estelar. Sin embargo, presenta pocas supergigantes rojas, estrellas más grandes que requieren de tiempo para formarse, indicando que el brote comenzó hace menos de 10 millones de años.
Los estallidos repentinos como el de IC 10 son difíciles de explicar. Finalmente, David Nidever de la Universidad de Michigan cree haber encontrado el secreto detrás de su brote estelar; IC10 ha colisionado con otra galaxia. Su descubrimiento fue fortuito, se encontraba estudiando las Nubes de Magallanes cuando detectó un brazo de hidrógeno extendiéndose por lo menos 60 mil años luz de la galaxia.
El brazo gaseoso probablemente surgió del choque de una galaxia vecina. Cuando las nubes gaseosas de IC 10 golpearon las nubes de otra galaxia, el gas se comprimió hasta dar lugar a una erupción de nuevas estrellas. Para localizar a la galaxia que colisionó con IC 10, Nidiver y sus compañeros utilizan telescopios ópticos para buscar estrellas en el nuevo brazo gaseoso. Por lo pronto, IC 10 ofrece a los astrónomos la oportunidad de estudiar el brote estelar más cercano a la Tierra, así como al proceso que dio lugar a nuestra gigantesca galaxia.

