Tras agotar su combustible, el telescopio espacial Planck de la ESA ha llegado a su fin
El telescopio espacial Planck de la ESA ha llegado a su fin. Tras una exitosa misión de cuatro años y medio, durante la cual reveló la verdadera edad del universo (80 millones de años más joven de lo que se pensaba), ha agotado su combustible. Ahora, permanecerá “estacionado” en una órbita segura alrededor del sol, lejos de la Tierra y la Luna, por cientos de años.
El satélite recibió su comando final ayer por la tarde, desde el centro de control en Darmstadt, Alemania. Nombrado en honor al físico alemán Max Planck, quien en el siglo XX estableció la teoría cuántica, fue lanzado en 2009 con el propósito de estudiar los restos de radiación del Big Bang que creó al universo hace aproximadamente 14 mil millones de años.
La sonda, equipada con un enorme telescopio para detectar los cambios de temperatura de las emisiones del fondo cósmico de microondas, develó una imagen que cambió nuestro entendimiento del Universo. Con 50 millones de pixeles, capturó la radiación dejada atrás por el Big Bang, demostrando que el Universo se expande a un ritmo más lento de lo pensado. Frente a esta nueva información, se calculó su verdadera edad de 13.82 mil millones de años.
Sin embargo, resulta imposible mantener por siempre tan complicados aparatos (que requieren enormes cantidad de anticongelante en esas temperaturas extremas). Como era de esperarse, el combustible se agotó. Durante algún tiempo, los científicos continuarán analizando la información recolectada por Planck.