El hombre más rico del mundo irá al espacio el próximo 20 de julio, inaugurando la era del turismo espacial impulsado por multimillonarios.
Jeff Bezos se convirtió en el hombre más rico del mundo en 2017, cuando Forbes lo calificó como la primera persona en acumular más de 100 mil millones de dólares. Aunque el empresario de 57 años fundó Amazon en 1994 como una tienda de libros en línea, no fue hasta los primeros años del siglo XXI que su fortuna creció exponencialmente.
Al catálogo de libros se añadieron CD’s, DVD’ s y aparatos electrónicos, que hicieron de Amazon la empresa más valiosa del mundo y desde la perspectiva del Congreso estadounidense, un monopolio que ejerce una posición dominante en el mercado.
Al tiempo que la fortuna de Bezos crecía como ninguna otra, el multimillonario incursionó en secreto en la industria aeroespacial. En el año 2003, la compra acelerada de terrenos en Texas a nombre del magnate reveló la existencia de Blue Origin, una de las primeras empresas privadas dedicadas al transporte aeroespacial.
A 18 años de la revelación y después de una vida eclipsada por la presencia mediática de SpaceX, Blue Origin se prepara para completar su primer vuelo espacial con tres pasajeros: Jeff Bezos, su hermano Mark y un tercer asiento que está siendo subastado, cuya oferta más alta alcanza actualmente los 3 millones 800 mil dólares.
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El anuncio fue realizado por el propio Jeff Bezos con un video en su cuenta oficial de Instagram, acompañado de un breve texto donde explica que se trata de un “sueño” para él desde los cinco años.
El plan es mostrar el poderío del New Shepard, una nave suborbital y reutilizable de 18 metros de altura, desarrollada por Blue Origin para dar inicio a su negocio de turismo espacial.

La mañana del 20 de julio, el cohete será lanzado desde algún punto de Texas hasta la línea Kármán, el límite estipulado por la Federación Aeronáutica Internacional que marca el final de la atmósfera y el inicio del espacio exterior, fijado en los 100 kilómetros sobre el nivel del mar.
Desde esta perspectiva, los hermanos Bezos y su millonario acompañante podrán experimentar la gravedad cero durante tres minutos, además de observar la curvatura de nuestro planeta y el halo que marca el final de la atmósfera contrastado con la oscuridad del espacio, una experiencia hasta ahora únicamente accesible para un puñado de astronautas (menos de 600) desde el inicio de los viajes espaciales.

El lanzamiento trae consigo un riesgo calculado. Al mismo tiempo que Jeff Bezos pretende demostrar que su compañía ofrece viajes completamente seguros para adelantarse a SpaceX y Virgin Galactic (que realizó un vuelo suborbital alcanzando 90 kilómetros de altura a principios de junio), un banderazo de salida mediático para el turismo espacial desarrollado por empresas privadas, un viaje al alcance de muy pocos.
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