SpaceX aterrizará cohete tras lanzamiento con el fin de poder reutilizarlo, esto reduciría significativamente los costos de los vuelos espaciales
Elon Musk no pierde el tiempo en este nuevo año, este viernes 9 de enero, su compañía SpaceX, lanzará un cohete Falcon 9 hacia la Estación Espacial Internacional. El lanzamiento en sí, no es algo importante, SpaceX tiene un contrato con la NASA para enviar cargamento a la EEI como parte del programa de Servicios de Reabastecimiento Comercial. (Observa el primer lanzamiento privado a la EEI)
Lo que sucederá después es lo que hace que esta misión sea tan emocionante. SpaceX intentará aterrizar la primera etapa de su cohete Falcon en una plataforma en océano, hazaña que nunca antes se ha intentado.
En caso de lograrlo con éxito, el aterrizaje será el primer paso hacía lo que la industria espacial lleva tanto tiempo conseguir, cohetes reutilizables. Hasta ahora, tras un lanzamiento la primera etapa del vehículo, conformada por la mayor parte del cohete y que contiene la mayoría del combustible y motores, se quema y cae en el océano, y nunca se vuelve a utilizar.
Este diseño se conoce como sistema de lanzamiento desechable y hace que los cohetes de lanzamientos sean extremadamente caro. Estos sistemas son el motivo por el cual el turismo espacial esta reservado para la minoría, por lo que el lanzamiento del viernes podría disminuir los costos de los viajes comerciales al espacio de manera notable, revolucionando la industria espacial.
Para asegurar el aterrizaje seguro de Falcon 9, SpaceX ha equipado al cohete con cuatro ?aletas de rejilla supersónicas?. Las aletas se cerraran durante el ascenso, pero cuando la primera etapa se desprenda, la aletas se extenderán de perpendicularmente del cuerpo del cohete. Se moverán de forma independiente para ayudar a controlar el descenso del vehículo, garantizando un aterrizaje preciso en el objetivo.
Ese objetivo es un barco que tiene una pista autónoma, diseñado para cachar el cohete en el océano Atlántico. La plataforma de aterrizaje mide 90×30 metros, pero también tiene alas capaz de extenderse 51 metros más.
El aterrizaje en una plataforma tan pequeña no será sencillo, Musk estima que hay un 50% de probabilidades de conseguirlo, además el aterrizaje ocurrirá después de que la primera etapa se haya separado de la segunda etapa. Lo que quiere decir que no todo el cohete será salvado, por lo que esa parte nunca será recuperada. (Sin embargo Musk planea recuperar la segunda etapa en lanzamientos futuros).
A pesar de que aún se encuentra en los primeros intentos, el hecho de que SpaceX este realizando este esfuerzo, infunde esperanzas de que exista un futuro con vuelos al espacio comerciales más accesibles.
Crédito de la imagen: SpaceX

