Los viajes en el tiempo podrían ser viables por medio de agujeros negros, explica un nuevo estudio cosmológico.
Los viajes en el tiempo tienen una larga tradición en la literatura de ciencia ficción. Como algunos de los objetos más densos que existen en el cosmos, no permiten que ni siquiera la luz escape a su fuerza gravitatoria. Como tal, los viajes en el tiempo a través de agujeros negros se había quedado como una promesa ilusoria, relegado al terreno de la creación literaria. Un estudio reciente publicado recientemente en International Journal of Modern Physics D asegura lo contrario.
Desde donde la luz no escapa

Existen diferentes tipos de agujeros negros. Según la NASA, todos confluyen en el hecho de que cualquier cosa que quede cerca de éste entrará en un “punto de no retorno, será consumido, para nunca volver a emerger, debido a la inimaginablemente fuerte gravedad que tienen.” Por esta razón, estos objetos cósmicos no dejan escapar ni siquiera a la luz.
Anteriormente, se creía que los viajes en el tiempo por medio de agujeros negros era imposible debido a que son altamente inestables. El físico Pascal Koiran, de la École normale supérieure de Lyon, en Francia, piensa justamente lo contrario.
Específicamente en el caso de los agujeros negros con forma de gusano, el experto asegura que podría funcionar como un ‘túnel’ hacia otras partes del Universo, sin perder la estabilidad necesaria. Usándolos como conductos, explica Koiran, sería posible viajar a través del espacio y del tiempo.
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Del otro lado del tiempo
Koiran asegura que los viajes en el tiempo son viables por medio de agujeros negros porque ya existen partículas que se trasladan ‘de manera segura’ a través de ellos. Para ello, se necesitan dos singularidades cosmológicas: un agujero negro y uno blanco. El primer tipo no permite que nada escape; el segundo, en contraste, no permite que nada entre:
“Si una partícula puede atravesar un agujero de gusano de forma segura”, explica el físico, “los humanos también podrían atravesarlo con una nave espacial y llegar a un planeta distante en una galaxia lejana”.
Siguiendo su lógica, para lograr un agujero de gusano basta con tomar un agujero negro y un agujero blanco y unir sus singularidades. Es decir, los puntos de densidades infinitas en sus centros. Esto podría crear un túnel en el espacio-tiempo, que nos permita trasladarnos a otras partes del cosmos.
En términos científicos, tecnológicos y biológicos, nos resta un amplio trecho que recorrer. Antes de ello, en la agenda de la humanidad resta establecer viajes tripulados seguros a Marte, por ejemplo, o llevar a una mujer astronauta a la Luna. Por esta razón, para que esto suceda estamos literalmente a años luz.
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