Hay ciertos días en nuestra vida que nos gustaría hacer que duren más, para disfrutar de la compañía de amigos, pareja y familia. Otras veces solamente queremos que el día termine. Todo depende de nuestro ánimo o de una buena o mala situación que estemos viviendo.
Un grupo de geocientíficos descubrió que los días en la Tierra se están alargando, y esto es debido a que la Luna se aleja de nuestro planeta. Se estima que el único satélite natural de la Tierra se aparta a una velocidad de 3.82 centímetros al año.
¿Cómo se llegó a esta conclusión?
Stephen Meyers, profesor de geociencias de la Universidad de Wisconsin y coautor del estudio, detalló que utilizaron un método estadístico conocido como: astrocronología o TimeOpt, el cual vincula teoría astronómica con observaciones geológicas, a fin de dar un vistazo en el pasado de la Tierra y de esta manera poder reconstruir la historia del Sistema Solar y comprender el antiguo cambio climático.
La investigación publicada en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences, añadío que hace mil 400 millones de años un día terrestre duraba más de 18 horas. La razón principal era que en ese entonces la Luna estaba más cerca de la Tierra, de forma que aceleraba la velocidad con la que giraba sobre su eje.
Desde entonces, y debido a la interacción del planeta con la Luna, los días se han alargado gradualmente a una tasa de aproximadamente 74 milésimas de segundo por año.
“A medida que la Luna se aleja, la Tierra es como un patinador artístico que gira y se frena al estirar los brazos”, Meyers.
¿Por qué se genera este fenómeno?
El movimiento de la Tierra en el Espacio está influenciado por las fuerzas gravitatorias ejercidas tanto por la Luna como por otros planetas. Estas fuerzas constantemente cambiantes causan variaciones en la rotación de la Tierra sobre su eje, y en la órbita que el planeta traza alrededor del Sol.
Estas variaciones son conocidas como ciclos de Milankovitch, –nombrados así en honor al matemático serbio que los estudió en la década de 1920–, y marcan la cantidad de radiación solar que nos llega, siendo éste el factor principal para explicar las modificaciones climáticas que dejan pistas geológicas.
El profesor Meyers explicó que estudiar indicios en rocas antiguas permite averiguar la luz solar que recibieron al estar en la superficie, y así calcular las posiciones de la Luna y otros astros respecto a la Tierra, en un tiempo determinado y resolver incertidumbres.
Fuente:
-Proceedings of the National Academy of Sciences/ Proterozoic Milankovitch cycles and the history of the solar system

