La Luna de Maíz de los primeros días de septiembre despide al verano y marca el inicio del último tercio del año. Descubre cómo verla y porqué tiene ese nombre.
El 2 de septiembre trae consigo la última luna llena del verano. La luna alcanzará su máximo de iluminación la madrugada del miércoles y los siguientes tres días se mantendrá igual de brillante en el cielo nocturno.
Esta luna era conocida por los algonquinos (un pueblo de nativos americanos que se extendió en el noreste de los Estados Unidos y el sur de Canadá) como Luna de Maíz, debido a que su aparición marcaba el momento idóneo para recolectar las cosechas de maíz, calabazas, frijoles y arroz.

Esta luna también es conocida como Luna de Fruta y Luna de Cebada, pues en el pasado servía como un indicativo de que algunas frutas estaban a punto de madurar y era el momento perfecto para cosecharlas, lo mismo que el grano de la cebada.
Si las nubes lo permiten, esta luna llena aparecerá en el horizonte a partir de las 20:30 horas en México y seguirá su curso hasta alcanzar lo más alto de la bóveda celeste entre las 02:00 y 03:00 de la mañana, para desaparecer sutilmente por el oeste al amanecer.
Sin embargo, la Luna de Maíz no será la más espectacular del año. Debido a la órbita elíptica que sigue la Luna respecto a la Tierra, en esta ocasión se encontrará más cercana al apogeo (el momento en que la Luna está más lejos de nuestro planeta) y por lo tanto, no será tan masiva como en otras ocasiones, ni tan brillante como ocurre durante las superlunas.
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¿De dónde vienen los nombres de las lunas?

Más que una precisión científica, los nombres de cada luna llena varían en función de las culturas antiguas, de prácticas milenarias y del significado que cada plenilunio tiene para los pueblos de todo el mundo.
Hace miles de años, la observación sistemática de la Luna funcionó como un calendario para los primeros humanos.
Distintas culturas asociaron sus fases y movimientos en el cielo nocturno con fenómenos que ocurrían en la vida cotidiana, como las lluvias, el mejor momento para sembrar, la para cosechar, la floración de una especie o los días más fríos del año. De ahí que la luna llena reciba un nombre y significado distinto en cada región del mundo.
Sin embargo, los nombres de las lunas más utilizados en el presente provienen del Maine Farmer’s Almanac (Almanaque del Granjero de Maine), una publicación estadounidense cuya primera edición data de 1819, que agrupó los nombres que los distintos pueblos nativos americanos otorgaban a cada luna llena del año en la década de 1930.
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