Tras su incursión en el ámbito espacial, compañías privadas construyen ahora naves y estaciones orbitales
Las primeras naves interplanetarias construidas por empresas privadas podrían aparecer en 20-30 años, opina Serguei Kostenko, representante en Rusia de la compañía Space Adventures, que organiza viajes turísticos a la Estación Espacial Internacional.
Corporaciones privadas como, por ejemplo, SpaceX, ya se dedican al desarrollo de naves y estaciones espaciales enfocadas para su utilización en las órbitas bajas de la Tierra, en alturas de hasta 400 kilómetros. “A futuro empezarán a construir también naves interplanetarias. Comenzarán con la Luna, las vueltas alrededor de la Luna, los descensos en la superficie lunar. Y el destino siguiente será, probablemente, Marte. Será en 20-30 años”, dijo el experto a la agencia Ria Novosti.
Space Adventures planea organizar viajes turísticos alrededor de la Luna a bordo de una versión modificada de la nave espacial rusa Soyuz-TMA, a la que propone agregar otro módulo habitable para garantizar ciertas comodidades durante el vuelo, de una semana ida y vuelta. El primer viaje está programado para febrero de 2017 y Space Adventures ya vendió una de las dos plazas, por 150 millones de dólares.
Por lo pronto, científicos rusos de la empresa Selenojod que participan en el concurso Google Lunar X Prize presentarán en los próximos meses un prototipo de vehículo lunar. Esta compañía ya desarrolló un vehículo lunar con un sistema de tracción andante con esquíes, diseñado para el vehículo marciano soviético PrOP-M.
En Google Lunar X Prize, un concurso instituido en 2007 por la Fundación X Prize y patrocinado por Google, actualmente participan 26 equipos y está dotado con 30 millones de dólares. Los participantes deben crear con capital privado una nave no tripulada que consiga alunizar, recorrer al menos 500 metros y transmitir información a la Tierra.
Y ya que hablamos de convocatorias, Darpa, el brazo tecnológico del Pentágono, premiará con dos millones de dólares a quien desarrolle un robot que salve vidas en zonas de desastre. Imagen: Constelator

