Los agujeros negros son uno de los fenómenos más exóticos del Universo y el Nobel de Física 2020 es para tres científicos que lograron describir y conocer más sobre ellos.
La mañana del 6 de octubre, la Academia de Ciencias de Suecia anunció a los ganadores del Premio Nobel de Física 2020, dividido en dos mitades: la primera es para Roger Penrose, matemático de la Universidad de Oxford y cosmólogo especializado en agujeros negros y la segunda para Reinhard Genzel y Andrea Ghez, astrofísico aleman y astrónoma estadounidense respectivamente.
“Los tres galardonados comparten el Premio Nobel de Física de este año por sus descubrimientos sobre uno de los fenómenos más exóticos del universo, los agujeros negros”, explicó la Academia en un comunicado.
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Mientras que Penrose fue distinguido con el galardón por “el descubrimiento de que la formación de agujeros negros es una predicción robusta de la teoría de la relatividad general”, sus colegas Genzel y Ghez por “el descubrimiento de un objeto compacto supermasivo en en el centro de nuestra galaxia”:
“Roger Penrose demostró que la teoría general de la relatividad conduce a la formación de agujeros negros. Reinhard Genzel y Andrea Ghez descubrieron que un objeto invisible y extremadamente pesado gobierna las órbitas de las estrellas en el centro de nuestra galaxia. Un agujero negro supermasivo es la única explicación conocida actualmente”.
El misterio de los agujeros negros

Aunque la primera vez que se especuló con la existencia de “estrellas más masivas que el Sol con velocidades de escape mayores a la velocidad de la luz” ocurrió en 1784 (entonces llamados estrellas oscuras), no fue hasta la relatividad general de Einstein que se construyeron los cimientos teóricos para avanzar en el estudio de estas regiones tan densas, a las que ni siquiera la luz puede escapar.
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Aunque el propio Einstein negaba la posibilidad teórica de su existencia, en enero de 1965 (diez años después de la muerte del físico) Roger Penrose describió lo que ocurre tras el colapso de una estrella lo suficientemente masiva y junto con Stephen Hawking, sentó las bases del estudio actual de los agujeros negros.
El agujero negro supermasivo en el centro de la Vía Láctea
En el caso de Genzel y Ghez, ambos están al frente de equipos de astrónomos que dirigen observaciones sobre Sagitario A*, una región en el centro de la Vía Láctea donde según sus aportes, existe un agujero negro supermasivo de “alrededor de cuatro millones de masas solares que se agrupan en una región poco mayor que nuestro Sistema Solar”.
La Academia de Ciencias de Suecia destaca su labor en la construcción de instrumentos que permiten saber más de Sagitario A*: “Extendiendo los límites de la tecnología, perfeccionaron nuevas técnicas para compensar las distorsiones causadas por la atmósfera terrestre, construyeron instrumentos únicos y se comprometieron con la investigación a largo plazo. Su trabajo pionero nos ha proporcionado la evidencia más convincente hasta ahora de un agujero negro supermasivo en el centro de la Vía Láctea”.
Andrea Ghez es la cuarta mujer en la historia que recibe el Nobel de Física, una de las categorías donde el galardón ha sido más criticado por la deuda histórica con las mujeres científicas que han contribuido a ampliar el conocimiento del Universo.
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