Este 2 de enero de 2021, la Tierra alcanzará el perihelio, su punto más cercano al Sol y con él, su máxima velocidad en la órbita que recorre alrededor de la estrella que nos da luz y calor.
El esquema que aprendimos en la escuela es sencillo y a prueba de errores: el Sol aparece en el centro y a su alrededor, nuestro planeta dibuja una órbita circular que completa un periodo cada 365 días, al que llamamos año.
Sin embargo, en realidad el Sistema Solar y el movimiento de la Tierra respecto al Sol es algo más complejo: nuestro planeta no mantiene una órbita perfectamente circular, ni una velocidad constante en cada vuelta al Sol.
Y aunque imaginar una órbita circular es útil para imaginar el movimiento de traslación terrestre, en realidad la Tierra recorre una ruta ligeramente elíptica, de modo que la distancia respecto al Sol varía según el punto donde se encuentre.

De ahí que el 2 de enero de 2021, la Tierra alcanzará el perihelio, su punto más cercano al Sol, cuando nos encontraremos a unos 147 millones de kilómetros del Sol.
El punto opuesto al perihelio es el afelio, que ocurre en los primeros días de julio y cuando nuestro planeta se encuentra a una distancia media de 152 millones de kilómetros de su estrella más cercana.
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Entonces… ¿por qué si estamos más cerca del Sol, hace más frío?
La pregunta obligada para las personas que habitan el hemisferio norte parece desconcertante. Tanto el afelio como el perihelio son dos días que pasan desapercibidos en nuestro calendario, porque las estaciones del año (y por lo tanto, la temperatura media) no dependen de la distancia de la Tierra respecto al Sol, sino de la inclinación de 23.44º del eje terrestre.

En el perihelio, la Tierra recorre su órbita a toda velocidad
Además, debido a la atracción gravitatoria que el Sol ejerce sobre nuestro planeta por su órbita elíptica, la Tierra se mueve más rápidamente en el perihelio que en el afelio:
Este 2 de enero de 2021, nuestro planeta alcanza una velocidad máxima de 30.3 kilómetros por segundo en su órbita, misma que irá en descenso hasta el afelio, cuando experimente su paso más lento, a unos 29.3 kilómetros por segundo respecto al Sol.
El primero en percatarse de lo anterior fue Johannes Kepler, astrónomo y matemático del Sacro Imperio Romano Germánico, cuando la astronomía aún no se diferenciaba completamente de la astrología.
En 1609, Kepler diseñó tres leyes fundamentales para explicar el movimiento de los planetas alrededor del Sol que sirvieron de base para que algunos años después, Isaac Newton describiera la interacción gravitatoria entre dos cuerpos.
Otra de las consecuencias de una órbita elíptica es la duración de las estaciones del año: las que ocurren durante el perihelio (invierno en el hemisferio norte y verano en el hemisferio sur) son más largas por un par de días que las que ocurren durante el afelio.
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