Un estudio revela que contenían elevadas cantidades de metales y su evolución pudo haber sido distinta
Investigadores del Instituto Astrofísico de Postdam, Alemania, y el Instituto Nacional de Astrofísica, al analizar la composición química de estrellas de hace 12,000 años captadas por el telescopio del Observatorio Paranal, de Chile, descubrieron que contenían altos niveles de metales, esto podría indicar que las generaciones anteriores y quizá las primeras estrellas después del Big Bang eran muy grandes y giraban más rápido, de ahí que pudieran vivir más tiempo y tener una evolución distinta a las que lo hacen más lento; algunas probablemente murieron en estallidos gama en lugar de supernovas.
El universo, de acuerdo con la teoría vigente, nació hace 13,700 millones de años con una explosión primigenia, el Big Bang, y durante los siguientes 200 millones de años se enfrió, estuvo oscuro y sin estrellas. Las primeras que se formaron eran distintas a nuestro Sol (compuesto por oxígeno y carbono, pero principalmente hidrógeno), con helio y mayor parte hidrógeno, y su vida era corta; al morir explotaron como supernovas brillantes y sembraron el universo de los elementos básicos que constituirían futuras estrellas, como nuestro Sol.
Poco después del Big Bang, la composición del Universo era mucho más simple que en la actualidad, al ser fundamentalmente de hidrógeno y el helio. El enriquecimiento químico del universo tuvo que esperar alrededor de 300 millones de años hasta la muerte de las primeras generaciones de estrellas masivas; el gas primordial y nuevos elementos químicos fueron incorporados en las siguientes generaciones de estrellas.
Si las estrellas tras el Big Bang eran enormes y giraban muy veloz, algunas pudieron morir en estallidos de rayos gama, lo cual facilitaría ‘observar su muerte’ por telescopios como el satélite Swift de la NASA. El estudio fue encabezado por Cristina Chiappini y será publicado este jueves en Nature.

