Los sistemas de una sonda rusa fallaron el martes pasado, ahora buscan la forma de remolcarla de vuelta a la Tierra
Un día después de que una capsula rusa no tripulada fuera lanzada hacia la Estación Espacial Internacional con cargamento para reabastecimiento, los controladores de vuelo han abandonado los esfuerzos para recuperar el control del carguero, el cual esta siendo remolcado de vuelta a la Tierra.
Para la tarde del miércoles (29 de abril), la cápsula Progress 59 se encontraba en una órbita elíptica con su punto más bajo a 192 kilómetros de nuestro planeta.
La pérdida de los suministros no pone en riesgo las operaciones a bordo de la EEI, la cual tiene provisiones de comida para hasta cuatro meses y tres naves de cargamento serán enviadas en los próximos meses.
Los controladores aéreos no han podido comunicarse con Progress 59 desde poco tiempo después de su lanzamiento del Cosmódromo de Baikonur, en Kazajistán el martes pasado a las 3:09 a.m. EDT.
La falla consistió en que un proceso para elevar la órbita de la capsula y posicionarla para su encuentro y acoplamiento con la EEI no puedo ser completado. Está es la segunda vez que la nave ha fallado en alcanzar la estación.
En Octubre de 2014, un envío de cargamento estadounidense fue destruido cuando el cohete Antares explotó segundos después de su despegue.
En cuanto a la nave, no queda más que dejarla arder. Debido a que nadie ha podido establecer comunicación con ésta, no hay manera de operarla a distancia. Esto quiere decir que eventualmente su orbita se degradará y caerá en la Tierra.
Progress se acercará cada vez más hacia nuestro planeta en las próximas dos semanas, antes de que finalmente sea absorbida por la atmósfera. No hay de que preocuparse, está diseñada para quemarse por completo al reentrar.

