El Curiosity entrara a la atmósfera marciana a una velocidad supersónica de casi 22 mil kilómetros por segundo
El explorador Curiosity está próximo a su arribo a Marte. Después de recorrer 565 millones de kilómetros, el sábado 4 de agosto aterrizará en el Planeta Rojo este rover de la misión Mars Science Laboratory, de la NASA.
Su objetivo: comprobar la hipótesis que sostiene que Marte alguna vez fue un planeta habitable.
Así, el explorador transporta un laboratorio analítico para probar tal hipótesis y encontrar lo que pasó al temprano ambiente clemente que se cree el planeta tuvo.
Hay que recordar que un ambiente habitable (ergo planeta habitable) es definido como aquel que tiene agua, energía y carbono.
Misiones pasadas se enfocaron en esta hipótesis al mandar sondas que se limitaron a estudiar su historia geológica, y han confirmado que Marte tiene actualmente depósitos de agua, al analizar los sedimentos de ciertos meteoritos que impactaron ese planeta hace más de dos millones de años.
Dichas misiones lograron desentrañar pistas de remanentes geológicos que hubieran proveído de energía para el metabolismo de algún organismo, aunque ningún estudio o misión ha visto la presencia de carbono en un estado que se acople a la sustentación de vida en Marte.
Después de estudiar la historia geológica e hidrológica del planeta, los científicos esperan enfocarse ahora en señales más específicas para comprobar si el planeta alguna vez tuvo las condiciones para sostener vida.
El aterrizaje: los 7 minutos del terror
La sonda que transporta al rover fue lanzada el 26 de noviembre de 2011, debiendo llegar a las proximidades de Marte a las 05:31 del meridiano de Greenwich del lunes (23:31 horas del domingo 5 de agosto, tiempo del este), cuando Marte esté a unos 248 millones de kilómetros de la Tierra.
Cuando la sonda Curiosity arribe a Marte, le tomará siete minutos llegar, desde el inicio en la atmósfera, a la superficie del planeta vecino: los siete minutos de terror.
Dichos siete minutos son de vital importancia para los ingenieros que invirtieron mucho tiempo en el proyecto:
El proceso de aterrizaje incluye una metamorfosis desde el inicio de “los siete minutos de terror”, donde la cápsula se transformará de un cono envuelto en temperaturas de 900 grados centígrados, a una grúa que se suspenderá con ocho cohetes en su base, tornándose en una especie de araña mecatrónica cuando pise suelo marciano.
Tomando en cuenta que el Curiosity entrará a la atmósfera a una velocidad supersónica de 21 mil 200 kilómetros por hora, el aterrizaje es una compleja planeación de ingeniería muy delicada.
Como la atmósfera de Marte, compuesta principalmente de dióxido de carbono, es 100 veces menos densa que la de la Tierra, la fricción atmosférica no es suficiente para frenar el descenso, por lo que a unos 11 kilómetros del suelo, se desplegará el paracaídas supersónico de 16 metros de diámetro, el más largo que la NASA haya diseñado.
Este paracaídas soportará una fuerza de 29 mil 500 kilogramos, y reducirá la velocidad de descenso a 320 kilómetros por hora.
Y es que los otros exploradores habían descendido a la superficie marciana rodeados de globos gigantescos que amortiguaban el impacto, pero el tamaño y peso del Curiosity, y sus componentes, requirieron un método diferente.
A unos 8 kilómetros del suelo, se desplegará el escudo térmico, mientras que los ochos cohetes en los ángulos del aparato seguirán frenando la trayectoria, y a 20 metros de tocar piso, se abrirá un sistema de rejado que sostendrá al Curiosity, descolgándose éste de una grúa.
Doce segundos antes del contacto, Curiosity desplegará sus seis ruedas neumáticas en los extremos de patas articuladas y se postrará en Marte, para recorrer el Cráter Gale y buscar compuestos orgánicos para resolver un debate de décadas sobre si estos compuestos pueden sobrevivir en la superficie de Marte.
Sigan atentos al enlace que MUY INTERESANTE hará este domingo en la noche.