Con la orden ALMA al centro de la galaxia, se inauguró ayer el observatorio terrestre más potente del mundo
Con la orden “ALMA al centro de la galaxia”, se inauguró ayer el observatorio terrestre más potente del mundo. Las 50 antenas de 12 metros de diámetro, colocadas estratégicamente en el desierto chileno de Atacama, voltearon en perfecta sincronía hacia el cielo. Después de más de 40 años de planeación, los esfuerzos internacionales dieron luz al mayor proyecto astronómico existente.
ALMA (Atacama Large Millimeter/submillimeter Array), es un telescopio de diseño revolucionario compuesto por 66 antenas flexibles de alta precisión. Con raíces en tres proyectos astronómicos de Estados Unidos, Europa y Japón, finalmente se concretizó la fusión de ideas en Chile. El país ahora alberga el 60% de la capacidad humana para conocer el universo, de acuerdo a su presidente Sebastián Piñera Echenique.
Al combinar la señal recolectada por las diferentes antenas, se pueden obtener imágenes de altísima precisión sobre la fuente de emisión (ya sea una estrella, planeta, o galaxia). ALMA es capaz de detectar ondas de radio celestiales de milímetros de longitud y cubrir las diez bandas de frecuencia. Cada antena tiene un ancho de banda de 16GHz.
El llano de Chajnator, que en la lengua nativa de los antiguos atacameños significa “lugar de despegue o punto de observación”, es el sitio ideal para ALMA. Fue elegido por su sequedad (con una precipitación anual menos a los 100mm) y altitud de 5 mil metros. Además, la tierra plana y extensa es apropiada para las configuraciones de antenas que pueden ser colocadas a una distancia mínima de 150m hasta 16km.
No obstante, ALMA enfrenta varios desafíos. Todas las antenas deben funcionar de manera simultánea, con una precisión de una millonésima de millonésima de segundo. Una vez captada la señal astral, debe convertirla a formato digital para transmitirla, combinar la información y analizar los datos. Estaciones de monitoreo climático son necesarias para corregir los efectos atmosféricos que puedan interferir con la línea de visión de las antenas.
Piñera Echenique, retomando la famosa alegoría de Newton, asegura que ALMA es el gigante que permitirá a la humanidad ver más allá y expandir los límites del conocimiento.