Las antenas de radio apuntan hacia Kepler 22-b, recién confirmado por la NASA como habitable
Hace menos de una semana la NASA daba a conocer el descubrimiento de un planeta que, según las observaciones del telescopio espacial Kepler y los cálculos científicos, podría tener condiciones de temperatura e incluso agua líquida para algún tipo de vida.
Como comprobarlo es actualmente imposible, pues habría que viajar unos 600 años luz para llegar al sistema solar en que se encuentra Kepler-22b, un planeta 2.4 veces más grande que la Tierra, las antenas del Allen Telescope Array (ATA), la red de telescopios del famoso instituto SETI en California, han reanudado operaciones apuntando hacia ese sitio del espacio en busca de señales de inteligencia extraterrestre.
En abril SETI (Search for Extraterrestrial Intelligence) dejó de operar ante la retirada del apoyo por parte de la Universidad de California, Berkeley, debido a la falta de fondos, pero en agosto un ejército de voluntarios colaboró en la obtención de recursos para reactivar las antenas de radio y éstas de nuevo han comenzado a funcionar. Las instalaciones de ATA incluyen 42 parabólicas ubicadas a unos 450 kilómetros de San Francisco, California.
Los investigadores del proyecto retomarán la revisión de los más de 50 planetas del sistema Kepler, de los que uno de ellos, Kepler 22-b, parece ser habitable como el nuestro, de acuerdo con la distancia respecto de su sol. En total hay unos 2,396 exoplanetas candidatos a ser hogar de vida alienígena, pero se dará prioridad a los que están en la zona habitable de su estrella, donde las temperaturas no son ni demasiado calientes ni demasiado frías para que exista agua líquida.
“Es una excelente oportunidad para las observaciones. Por primera vez podemos apuntar nuestros telescopios a las estrellas y saber que son realmente anfitrionas de sistemas planetarios, incluyendo al menos uno que se parece a la Tierra, situado en la zona habitable alrededor de su estrella. Ese es el tipo de mundo que podría ser el hogar de una civilización capaz de construir transmisores de radio», ha señalado la directora del Centro para la Investigación del instituto SETI, Jill Tarter.
En la práctica ello implicará escanear unos 9 mil millones de canales en un amplio espectro de frecuencias, lo que llevará unos dos o tres años, con la participación de miles de voluntarios en todo el mundo a través de la red con SETI@Home.

