Los planetas rocosos no mucho mayores que el nuestro son muy comunes en las zonas habitables en torno a estrellas rojas débiles
Las estrellas enanas rojas, débiles y frías en comparación con nuestro Sol, pero muy longevas, son las más comunes en la Vía Láctea; suponen el 80% de todas las estrellas de nuestra galaxia.
Observaciones con el espectrógrafo HARPS, instalado en el telescopio de 3.6 metros del Observatorio Europeo Austral (ESO), ubicado en La Silla, Chile, han mostrado que los planetas rocosos no mucho mayores que la Tierra son muy comunes en las zonas habitables en torno a estrellas rojas débiles.
“Alrededor del 40% de todas las estrellas enanas rojas tienen una súper-Tierra orbitando en su zona de habitabilidad, una zona que permite la existencia de agua líquida sobre la superficie del planeta”, explica Xavier Bonfils, del Observatorio de Ciencias del Universo de Grenoble, Francia, quien lidera el equipo internacional que ha estado buscando exoplanetas orbitando enanas rojas. “Dado que éstas son tan comunes (hay unos 160 mil millones en la Vía Láctea) nos lleva a la conclusión de que hay decenas de miles de millones de planetas de este tipo sólo en nuestra galaxia”.
Es la primera vez que se mide de forma directa la frecuencia de súper-Tierras en torno a enanas rojas. El equipo de HARPS hizo un sondeo, durante seis años, de una muestra cuidadosamente seleccionada en los cielos australes, compuesta por 102 estrellas enanas rojas. Se hallaron un total de nueve súper-Tierras (planetas con masas de entre una y diez veces la masa de la Tierra), incluyendo dos en la zona de habitabilidad de Gliese 581 y Gliese 667 C respectivamente. Los astrónomos pudieron estimar su peso y la distancia a la estrella en torno a la cual orbitaban.
Combinando todos los datos (incluyendo observaciones de estrellas que no tenían planetas) y examinando la fracción de planetas existentes que podrían descubrirse, el equipo ha deducido qué tan comunes pueden ser los diferentes tipos de planetas en torno a enanas rojas. Han descubierto que la frecuencia de la presencia de súper-Tierras en la zona de habitabilidad es de 41% en un rango que va de 28% a 95%.
Por otro lado, planetas más masivos, similares a Júpiter y Saturno en nuestro Sistema Solar, parecen no ser muy comunes alrededor de enanas rojas. Se cree que menos del 12% de éstas tendrían planetas gigantes (con masas de entre 100 y 1,000 veces la de la Tierra).
Dado que existen numerosas estrellas enanas rojas cercanas al Sol, según los cálculos es probable que en la vecindad del Sistema Solar, a distancias menores de 30 años luz, puedan haber un centenar de súper-Tierras en las zonas de habitabilidad de estas estrellas.
Uno de los planetas descubiertos es Gliese 667 Cc, que parece estar situado cerca del centro de la zona de habitabilidad. Pese a que es más de cuatro veces más pesado que la Tierra, es el más parecido a nuestro planeta de los encontrados hasta el momento, y casi con total seguridad cuenta con las condiciones adecuadas para la existencia de agua líquida en su superficie. Se trata de la segunda súper-Tierra dentro de la zona de habitabilidad de una enana roja descubierta durante este sondeo de HARPS, tras el anuncio del descubrimiento en 2007 de Gliese 581d y su posterior confirmación en 2009.
“Ahora que sabemos que hay muchas súper-Tierras alrededor de enanas rojas cercanas, necesitamos identificar más utilizando tanto HARPS como otros instrumentos futuros. Se espera que alguno de esos planetas pase frente a su estrella anfitriona durante su órbita en torno a la misma, lo que abrirá la posibilidad de estudiar la atmósfera de estos planetas y buscar signos de vida“, concluye Xavier Delfosse, miembro del equipo. Imagen: recreación artística de una puesta de sol en Gliese 667 CC Fuente: ESO

