El 24 de diciembre no es tan relevante como el 1 de enero.
El primer festejo de Navidad en Japón se realizó en 1552, a través de una misa oficiada por misioneros jesuitas durante la prefectura de Yamaguchi; pero en 1612, en el periodo Edo, se prohibió el cristianismo en todo el Japón. Sin embargo, los festejos navideños cristianos se continuaron realizando a escondidas a lo largo de 250 años; fueron celebrados por los japoneses conocidos como kakure kirishitan o ?cristianos ocultos?. Durante el periodo Meiji en el siglo XIX se dio una nueva apertura a los festejos católicos, pero el 24 de diciembre nunca ha sido considerado una fecha relevante.
El día de mayor celebración para los japoneses católicos es el último día de ese mes, cuando se efectúa el Omisoka o ?Gran Día? ?el equivalente a la Nochebuena de Occidente?, que significa para los japoneses el momento de renovarse, desde la higiene de su hogar hasta la personal, a fin de recibir el año que está por llegar. Justo a media noche las campanas suenan para señalar el inicio del nuevo año. Los festejos culminan el 4 de enero.
Fuente: japaneselifestyle.com.au

