El creador amplió su negocio: ahora envía a los niños directamente del Polo Norte tarjetas de cumpleños.
En 2001 Byron Reese tuvo la brillante idea de empezar un negocio que consistía en recibir cartas de niños que él se encargaría de enviar directamente al Polo Norte, al hogar de Santa Claus, y regresar a los pequeños respuestas del mítico personaje con matasellos de aquel lugar, todo por la módica cantidad de 10 dólares por misiva.
El primer año Reese vendió 10,000 cartas, pero a partir de ese momento comenzó a levantar sus ventas con cada temporada navideña hasta alcanzar 200,000 anuales.
En 2005 Reese amplió su negocio, ahora envía a los niños directamente del Polo Norte tarjetas de cumpleños, un negocio que le ha dejado ventas por más de un millón de dólares anuales.
Fuente: uncommonbusiness.com