Muchas historias de horror gótico hacen referencia a esas instituciones de sufrimiento y exclusión
Lunático fue un término muy usado en otros tiempos para referirse a los enfermos mentales, antes de que existieran categorías diagnósticas con un genuino criterio científico. La idea subyacente en este contexto procede de los antiguos filósofos naturalistas griegos, quienes creían que las fases de la Luna podían afectar las conductas de ciertos individuos susceptibles. Fue así como en el mundo angloparlante surgieron los llamados Lunatic Asylums, las instituciones que evolucionaron hasta convertirse en los conocidos hospitales psiquiátricos de la actualidad.
Muchas historias de horror gótico hacen referencia a esas instituciones de sufrimiento y exclusión. En Australia, durante el siglo XIX, fueron construidos tres de ellos para al- bergar a la población de enfermos mentales de la ciudad de Victoria, separada en 1851 del resto de la colonia. De esta manera surgió el Asilo para Lunáticos Aradele, en Ararat, una localidad rural. Integrado por un complejo que supera los 60 edificios, en su momento de mayor actividad llegó a tener entre sus paredes a más de 900 pacientes. Estuvo abierto 140 años y cerró finalmente en 1993. Se asegura que en ese lugar fallecieron unas mil personas como víctimas de los métodos más absurdos empleados en su tratamiento.
Muchos de sus edificios siguen intactos, tal como cuando funcionaban: la morgue, habitaciones con las paredes acojinadas, y también el anfiteatro, donde se llevaban a cabo cirugías como la lobotomía y otras prácticas hoy día repudiadas por la comunidad científica. Ahí se internaba a una variedad de pacientes afligidos por condiciones tan diversas como el autismo o el síndrome de Down, o a personas sujetas al capricho del director, que las internaba de por vida.
Las investigaciones paranormales conducidas en el sitio sostienen que los visitantes experimentan sensaciones inexplicables de angustia; se escuchan murmullos, llantos y susurros, súbitamente atraviesan a lo lejos misteriosas figuras negras o grises, y aparece por ahí una que otra enfermera para pagar las culpas que cometió en vida. El lugar, que a decir de algunos parece abandonado ante un evento apocalíptico, se abre a las visitas interesadas en la historia y lo paranormal.
Fuente: www.jward.org.au