Existen mujeres tan bellas que su fama y magnetismo sexual han permanecido incólumes aunque ellas lleven décadas en la tumba.
Convertirlas en imágenes productivas sólo es cuestión de talento para la mercadotecnia. El caso más representativo es la actriz Marilyn Monroe, quien falleció hace ya medio siglo, el 5 de agosto de 1962, al parecer por un suicidio o sobredosis accidental. Ella aún genera riqueza en diversas subastas donde se ofrecen desde cintas con escenas pornográficas realizadas en los inicios de su carrera y fotografías inéditas, hasta el suéter artesanal de lana que compró durante su visita a México meses antes de morir.
En 2011 la Compañía Authentic Brands Group pagó 27 millones de dólares por el uso de su imagen, que en el primer año presentó un retorno de inversión cercano a los diez millones. Los nuevos dueños de la rubia trágica ya prueban una marca de café con su imagen y proyectan establecer una cadena de spas con su nombre.
Aunque su imagen palidece ante de la de Marilyn, la pin up Betty Page causó sensación en la década de 1950 con sus fotos de tinte sadomasoquista que eran vendidas por correo cuando la distribución abierta de esos materiales estaba prohibida por la ley de Estados Unidos. A pesar de que al morir, el 11 de diciembre de 2008, ya no gozaba de mayor fama, ha sido objeto de un curioso revival en nuestro tiempo.
En 2011 un empresario pensó en recuperar su imagen para usarla como ícono de una marca de ropa íntima con establecimientos en Filadelfia, Los Ángeles y Las Vegas. Desde su sepulcro Betty Page ha obtenido unos seis millones de dólares, cantidad tal vez superior a lo que ganó en vida.
Recordemos también a un productivo símbolo sexual masculino, el actor Steve McQueen, protagonista de clásicos como El caso de Thomas Crown (1968), Papillon (1973) o Infierno en la torre (1974). Su muerte prematura, el 30 de noviembre de 1980, fue resultado de una complicación quirúrgica.
Aunque su imagen no está muy presente en la cultura popular, sigue ganando unos ocho millones de dólares al año como imagen publicitaria de las marcas Tommy Hilfiger, Persol y Tag Hauer. Recientemente se retomó su porte de hombre duro y varonil para lanzar una línea de motocicletas con cierto aire retro, que se venden por la cantidad de diez mil dólares. La mayor parte de sus películas no generan grandes ingresos, pero se han integrado a la imprecisa categoría de ?cine de culto?.
Hasta ahora podríamos pensar que sólo los miembros de la industria del entretenimiento pueden seguir produciendo ingresos en la tierra de los muertos, pero los intelectuales también hacen su esfuerzo.
Así como la imagen de Marilyn Monroe continúa siendo la divisa de la sensualidad, el rostro distraído y despeinado de Albert Einstein se identifica con la sabiduría y la inspiración creativa del genio. El creador de la Teoría de la Relatividad murió el 18 de abril de 1955 y hasta la fecha nadie le ha disputado su carácter icónico, exceptuando tal vez al también físico Stephen Hawking.
Los derechos por el uso de su imagen generan ingresos anuales de diez millones de dólares para sus herederos, quienes se encargan de administrarla con cuidado y rentarla a instituciones prestigiadas, como el Banco de Qatar. Se estima que en 2015, cuando la teoría cumpla cien años, el valor de su rostro se incremente a través de carteles, souvenirs y campañas publicitarias.
En un horizonte muy distinto pero que también merece reconocerse como trabajo intelectual, dos autores orientados al público infantil siguen ganando dinero. La tira cómica Peanuts, protagonizada por Carlitos (Charlie Brown) y Snoopy, creaciones del dibujante Charles Schulz, encanta a lectores de todo el mundo con su galería de personajes atípicos y memorables.
Tras su deceso, el 12 de febrero de 2000, los herederos de Schulz se asociaron con el Grupo Iconi y reciben al año alrededor de cuarenta millones de dólares por la venta de licencias para la fabricación de mercancía muy diversificada (llaveros, prendas de ropa, mochilas, etcétera), campañas publicitarias, películas y series animadas. Por supuesto, también se benefician con la constante reedición de su amplia obra gráfica.
Cierra el grupo de los escritores el célebre J. R. R. Tolkien, autor de la saga El Señor de los Anillos. La venta de los derechos para su adaptación al cine y la producción de mercancía derivada de ésta ha dado a sus herederos cincuenta millones de dólares.
¿Qué concluir después de este breve repaso a las fortunas de los difuntos? A pesar de su riqueza, ninguno de los personajes invocados logró llevar consigo algo a la tumba donde poco a poco se convierten (o ya lo son) en plácido polvo.
Fuente: Artículo ?Elizabeth Taylor Tops 2012 List Of The Top-Earning Dead Celebrities? en revista Forbes.

