Babilonia, El Cairo y Tenochtitlan están entre las ciudades de la antigüedad cuyos tesoros arqueológicos fueron robados por países europeos.
Los tesoros arqueológicos que hoy descansan en los pasillos fríos de los museos europeos no siempre estuvieron ahí. Por el contrario, durante su esplendor, pertenecieron a civilizaciones quizá más poderosas que, en un momento de debilidad, fueron sobajadas por la fuerza de Occidente.
Las campañas colonizadoras de las potencias mundiales no sólo dejaron estragos sociales y políticos en los territorios dominados. Una de ellas, sin duda, fue el expolio de piezas históricas y sacras de otros países, quienes se los llevaron como piezas de colección para adornar sus instituciones culturales —quizá, también, como evidencia de sus nuevos dominios. Estos son algunos de ellos:
Puerta de Ishtar

La primera gran civilización de la que se tiene registro es Mesopotamia. Tuvo su capital en Babilonia, en donde se recibía a los visitantes y extranjeros con uno de los umbrales más impresionantes del mundo antiguo: la Puerta de Ishtar. Construida mayormente a base de lapislázuli, tenía la intención de inducir a quien pasara por debajo de ella en un trance místico.
En la superficie se representaron algunos de los guardianes de más alto rango en el panteón mesopotámico. A pesar de haber representado el poderío económico y militar del auge del imperio, hoy en día es una de las atracciones turísticas del Museo de Pérgamo de Berlín, en Alemania. La institución la resguarda bajo la premisa de “mantenerla en constante restauración”.
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Penacho de Moctezuma

Un quetzalapanecáyotl de plumas de quetzal engarzadas con hilo de oro descansa hoy detrás de una vitrina en Viena. Con 116 centímetros de largo y 175 de diámetro, antiguamente, perteneció al toatlani del Imperio Mexica que vio la entrada de los colonizadores españoles. Mundialmente, a la pieza se le conoce como el Penacho de Moctezuma.
No está claro cómo fue que la pieza llegó a Austria. Sin embargo, el gobierno mexicano ha orquestado campañas enteras para que el penacho sea devuelto a su país de origen. Cualquier petición formal —incluyendo las denuncias internacionales de robo— ha sido silenciada por la institución austriaca. En su lugar, en el Museo Nacional de Antropología de la Ciudad de México hay una réplica.
Busto de Nefertiti

Nefertiti fue la emperatriz consorte de Akenatón, durante la dinastía XVIII del Antiguo Egipto. Dada la fuerza que tuvo como gobernante durante la administración de su esposo, reinó con el nombre de Semenejkara tras su muerte.
Innumerables representaciones de los faraones se inscribieron y tallaron sobre piedra. Una de las mejores conservadas es el busto de Nefertiti, que ingresó a Alemania en 1912. No fue hasta 12 años más tarde, sin embargo, que la pieza se exhibió, como uno de los tesoros arqueológicos más importantes del acervo cultural alemán. Cómo llegó ahí sigue siendo información exclusiva del Estado.
Venus de Milo

También conocida como Afrodita de Milo, ésta es una de las esculturas más representativas del periodo helenístico en la Grecia Clásica. Se estima que fue diseñada entre el 130 y el 100 a.C., en representación a la diosa de la belleza y el amor del panteón griego.
La estatua fue desenterrada en Milo, en una de las islas Cícladas, por un campesino. Posteriormente fue trasladada a Francia, donde se exhibe actualmente como parte de las salas dedicadas a la cultura griega en el Museo de Louvre. Como otros tesoros arqueológicos, diversas instituciones internacionales se han peleado su posesión desde el siglo XIX, cuando fue encontrada. Ninguna de ellas ha sido Grecia.
Mural Pensamiento y alma huichol

Ésta es una pieza textil contemporánea que el Gobierno de México le regaló a Francia en 1997. Representa la idiosincracia y cosmovisión del pueblo wixárika. Sin embargo, el autor de la obra, Santos de la Torre, nunca recibió el pago completo por la manufactura y diseño del proyecto artístico. Además, según el artista, el mural fue montado de una manera poco favorable en el Metro de París, a pocos pasos del Museo de Louvre.
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