En Suiza existe un museo dedicado a la memoria de Anna Göldi, el cual da a conocer su historia y la injustica cometida en su contra.
La cacería de brujas fue uno de los hechos más lamentables ocurridos en Europa durante los siglos XV y XVIII. Una de las tantas víctimas de ese acontecimiento de discriminación social y de la mujer fue Anna Göldi, quien pasó a la historia por ser la última víctima acusada de “brujería” y ejecutada por ello. Esta es su terrible y triste historia.
Un pasado doloroso
Anna Göldi nació el 24 de octubre de 1734 en Sennwald (Suiza). Su familia era de orígenes muy humildes, por ello es que desde muy joven comenzó a trabajar como sirvienta en diversas casas. Los hechos dolorosos eran parte de su vida: tuvo dos hijos; el primero murió poco después de nacer. Anna Göldi fue condenada y castigada por infanticidio.
El segundo hijo lo tuvo con su empleador cuando vivía en Mollis. El niño, concebido fuera del matrimonio, nació en Estrasburgo y dado en adopción a un desconocido. Anna nunca supo nada de la posterior vida de su hijo.
La vida de Anna Göldi cambió en 1780 cuando entró al servicio de la familia de Johann Jakob Tschudi, médico y juez, que era parte de la alta sociedad de Glarus.
Transcurridos 17 años de la estancia de Anna con la familia, la hija menor de ocho años de edad enfermó de gravedad. Según testimonios de la familia, la niña vomitaba agujas. Otras fuentes aseguran que Johann Jakob Tschudi encontró agujas empapadas de veneno en el pan y la leche de la niña.
Como haya sido, el hecho llevó al juez a acusar a Anna de practicar brujería y causar daño a su hija. También la despidió de su trabajo.
Tampoco ayudó que dieciocho días después otra de las hijas de los Tschudi tuvo convulsiones y escupía. A pesar de que Anna ya no servía en el lugar, fue acusada de haberla embrujado.
La última “bruja” ejecutada
Como solía ocurrir con las acusadas de brujería, a Anna la sometieron a violentos y dolorosos interrogatorios donde terminó confesando sus supuestos pactos con el diablo, quien le ayudó a envenenar a la niña. El tribunal de Glarus la condenó por envenenamiento y fue ejecutada el 13 de junio de 1782 por medio de la decapitación.
Para la historia, Anna Göldi fue la última mujer en morir ejecutada tras ser acusada de brujería.
Cabe resaltar que por aquel entonces el envenenamiento no letal no ameritaba la ejecución, por lo que lo hecho con la joven fue un evidente acto de abuso de autoridad.
Su muerte fue muy sonada en Suiza y causó mucha indignación en los círculos que para entonces veían a la brujería como una superstición obsoleta. Hay que tomar en cuenta que por aquel entonces era el Siglo de las Luces en Europa, una época en que la razón y el conocimiento eran bandera común.
Un romance clandestino: la posible verdad detrás del caso de brujería

Diversos historiadores coinciden en que la verdad detrás de la acusación de brujería fue un caso de adulterio. Anna habría mantenido un romance secreto con Johann Jakob Tschudi, quien estaba casado y era padre de familia.
Es posible que la joven fuera víctima de una conspiración para deshacerse de ella. Cuando Anna fue acusada de introducir agujas en los alimentos de la hija de Tschudi, habría amenazado a su amante de confesar el romance secreto que mantenían. Con ello, la posición del médico y juez quedaría seriamente amenazada.
Por ello es que la mejor forma de deshacerse de ella habría sido acusarla de bruja y después ejecutarla.
Los registros de la época afirman que Anna Göldi era una mujer alta, de pelo oscuro, ojos marrones y tez sonrosada. Una mujer hermosa que murió en medio de una conjura de traiciones por parte de su amante.
Justicia para Anna Göldi más de 200 años después
En 2008, más de 200 años después de su muerte, el parlamento de Glarus decidió exonerar a la joven al calificar el caso como un juicio ilegal. Hoy hay un museo dedicado a ella en Glarus en el que se da a conocer su historia y las circunstancias que rodearon su injusta muerte.
Anna Göldi ya no es la última mujer condenada por brujería en Europa, sino que hoy es “la primera ‘bruja’ del mundo exonerada por votación democrática”, afirma el periodista Walter Hauser, encargado de la iniciativa del museo dedicado a este personaje.
Hauser también fue el responsable de llevar el caso de Göldi a las autoridades para conseguir la exoneración. en 1991 se estrenó una película, Anna Göldin, letzte Hexe, que retrata la biografía de esta mujer.
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