Entre las competencias y el exceso de vino, el cuerpo era el límite en los Juegos Olímpicos de la Grecia Clásica.
A diferencia de los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, los griegos de la Antigüedad concebían a los eventos deportivos desde un plano sagrado. Como parte de una herencia venida de la cima del Monte Olimpo, las competencias celebraban la destreza física y la fortaleza mental de los atletas, en cada una de las categorías.
Mente sana en cuerpo sano

El culto al cuerpo era una cuestión cotidiana en la Antigua Grecia. Además de cristalizar los valores de valentía, orden y esfuerzo que un atleta debería de seguir, este principio obedece a una máxima platónica: “Mente sana en cuerpo sano”. El despliegue de toda la potencia del organismo humano, naturalmente, se veía entre los atletas de élite que participaban en los eventos deportivos.
Por esta razón, todos los participantes competían completamente desnudos. Algunos historiadores atribuyen esta condición a los ritos de iniciación que se llevaban a cabo en la época, como parte el misticismo que implicaba ser un deportista destacado en el esplendor de la Grecia Clásica. Además, todos los cuerpos eran masculinos.
Se tiene registro de que la primera villa olímpica fue en la ciudad de Elis donde, un mes antes de la inauguración, los atletas tenían que pulir sus aptitudes. Una vez terminados los preparativos y los entrenamientos finales, se trasladarían a Olimpia, donde una muchedumbre de cerca de 50 mil espectadores los esperarían, ávidos de un espectáculo deportivo.
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Competencias amazónicas

Las mujeres casadas no podían asistir a los Juegos Olímpicos antiguos. Por el contrario, debían quedarse en casa mientras los hombres libres observaban a los competidores —todos, también, varones. Se tiene registro de que, en algunas ocasiones, las mujeres solteras podían ver las competencias desde las gradas, acompañadas de sus padres. Participar era un derecho exclusivo de la población masculina, en el que no estaban consideradas.
Si bien es cierto que la generalidad de las mujeres no podía participar en los Juegos Olímpicos antiguos, es una realidad que había un grupo muy reducido de deportistas femeninas que tenían pruebas especiales. En honor a las guerreras amazonas, dirigidas por el dios de la guerra, Ares, tenían un espacio exclusivo en categorías de caza y tiro con arco.
A pesar de que los Juegos Olímpicos en la Antigüedad eran un espacio para venerar la salud física y mental, afuera de los estadios se organizaban vendimias de comida y vino al por mayor.
Finalmente, los griegos siempre se caracterizaron por ser una civilización que sabía festejar. Si bien es cierto que un cuerpo sano es aquel que no cae en los excesos, las fiestas daban un espacio de excepción para el rigor disciplinario que exigían los eventos deportivos. El cuerpo era el límite.
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