El Batallón Sagrado de Tebas estaba conformado por 150 parejas de guerreros y amantes gays y fue creado por el general Górgidas.
El Batallón Sagrado de Tebas no era un cuerpo militar cualquiera. Estaba conformado por guerreros entrenados para ser feroces, valientes y hábiles con las armas. Quienes entraban en sus filas se convertían en combatientes de élite, respetados por las multitudes y destinados a participar en los combates más importantes.
No cabía duda de que sus integrantes sentían veneración hacia sus compañeros de armas, pues todos ellos eran homosexuales.
La razón era muy sencilla: si el batallón estaba conformado por amantes gays, la entrega en el campo de batalla para salvar sus vidas sería total. Por lo tanto, sería un batallón altamente unido y temido. El filósofo Platón escribió:
“Ningún hombre es tan cobarde como para que el amor no le inspire un valor que lo iguale al más valiente de los nacidos”.
Górgidas: la mente detrás de la creación de este batallón
El nacimiento de esta élite de 150 parejas de guerreros y amantes gays ocurrió alrededor del año 378 a.C., como una rama del ejército tebano. Fue creada por el general Górgidas, y una de sus primeras misiones fue marchar al frente durante el famoso enfrentamiento entre Chabrias y Agesilao II.
La primera mención histórica de un combate militar del Batallón Sagrado de Tebas fue escrita por Dinarco en su obra Contra Demóstenes, en el año 324 a.C. Dinarco escribió que este ejército dirigido por dos generales (y presumiblemente amantes), Pelópidas y Epaminondas, salió victorioso en la batalla de Leuctra del 371 a.C.
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Así era la admisión para formar parte del Batallón Sagrado de Tebas
No cualquiera podía formar parte de este ejército. Górgidas personalmente era el encargado de elegir a los candidatos a entrar a sus filas al evaluar su capacidad atlética y su experiencia militar.
Cada pareja admitida al Batallón Sagrado de Tebas se ajustaba al modelo de relaciones homosexuales de Grecia de la época: un hombre de edad adulta y su acompañante más joven y pasivo.
En los periodos en los que los guerreros no combatían, empleaban su tiempo en entrenar y aprender nuevas estrategias militares. Entre las habilidades físicas que dominaban o para las cuales se preparaban de manera continua, se cuentan la lucha libre, el baile y las habilidades ecuestres.
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Guerreros reconocidos y gloriosos
Los documentos de la época testimonian que el entrenamiento de este ejército era comparable al de las fuerzas de combate de élite de Esparta.
Los mejores cronistas y más destacados historiadores de la Grecia Antigua documentaron las múltiples victorias de esta élite militar. Plutarco los describió en Vidas paralelas como un equipo al que «la ciudad [Tebas] proveyó el ejercicio y mantenimiento», ya que eran un motivo de orgullo entre los tebanos, informa National Geographic en Español.
La derrota que marcó su final
El año 338 a.C. vio el final del Batallón Sagrado de Tebas. Ocurrió durante la batalla de Queronea, en la que Tebas y Atenas se unieron para luchar contra las fuerzas de Filipo II de Macedonia y su hijo, Alejandro Magno.
A pesar de su entrenamiento y valentía, los guerreros de Tebas no pudieron con las fuerzas y preparación de los combatientes macedonios. Éstos les dieron la oportunidad de rendirse y tener una derrota menos dolorosa, sin embargo, los miembros del Batallón Sagrado de Tebas siguieron luchando hasta caer.
Aunque también existen otras fuentes que mencionan que no se tienen registros de que este grupo de guerreros haya perdido un combate.
Los 300 soldados de este batallón fueron masacrados, pero era tal su fama y prestigio que se dice que el mismo Filipo II se sintió profundamente conmovido al ver a los amantes muertos. Este desenlace marcó el final del recordado ejército que se caracterizó por su entrega dentro y fuera de los campos de batalla.
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