Gabriel José de la Concordia García Márquez nació el 6 de marzo de 1927 en Aracataca (Magdalena), Colombia. Su infancia al lado de sus abuelos maternos y tías, impregnada de cuentos, fábulas y leyendas, constituiría las bases fantásticas sobre las cuales se alzaría su futuro literario. Aprendió a escribir a los cinco años, en el Colegio Montessori de Aracataca, donde se enamoró por primera vez de su maestra Rosa Elena Fergusson.
Tras acudir al Colegio San José en Barranquilla y al Liceo Nacional de Zipaquirá, Gabriel García Márquez estudió en la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de Cartagena, pero pronto se dedicó al periodismo y poco a poco, fue adentrándose en el mundo de la literatura. A principios de la década de los cincuenta, fungió como corresponsal del diario “El espectador” y posteriormente viajó por Europa. En 1958, contrajo matrimonio con Mercedes Barcha con quien tuvo dos hijos; Rodrigo (quien se convirtió en cineasta) y Gonzalo (actualmente diseñador gráfico en la Ciudad de México).
Los comienzos de Gabriel García Márquez
A los 27 años, publicó su primera novela “La hojarasca” y tras una estancia en Nueva York, se asentó en México, país al que adoptó como su segunda patria. Se dice que fue aquí donde escribió su obra más célebre, “Cien años de soledad” (1967). La novela fue un éxito, en tan sólo una semana vendió ocho mil copias, pasando a vender medio millón de ejemplares en tres años. Fue traducida a 24 idiomas y premiada internacionalmente.
En la década de 1970, publicaría diversas obras como “La increíble y triste historia de la cándida Eréndira y de su abuela desalmada” (1972) y la novela “El otoño del patriarca” (1975). Posteriormente, se dieron a conocer “Crónica de una muerte anunciada” (1981), “El amor en los tiempos del cólera” (1985), la crónica política “La aventura de Miguel Littin” (1986) y “El general en su laberinto” (1989).
El 21 de octubre de 1982, recibió un llamada por parte de la Academia Sueca que lo posicionaría como uno de los más grandes escritores latinoamericanos. Recibió el Premio Nobel de Literatura vestido de un clásico liquiliqui de lino blanco, por ser el traje que usó su abuelo, y declamó el emotivo discurso “La soledad de América Latina”, denunciando la falta de atención de las superpotencias hacia el continente.
El llamado “padre del realismo mágico” deja un legado que inspiró a una generación de escritores en Latinoamérica y otras partes del mundo. Su característico estilo, que equilibra viñetas fantásticas con un realismo fuertemente centrado, presentado a través de un excéntrico reparto de personajes, continuará influenciando a escritores por venir y deleitando a un sin fin de lectores.
10 frases para recordar a Gabriel García Márquez
- “No llores porque ya se terminó sonríe, porque sucedió”.
- “No hay medicina que cure lo que no cura la felicidad”.
- “Las ideas no son de nadie”.
- “El secreto de una buena vejez no es otra cosa mas que un pacto honrado con la soledad”.
- “A los demonios no hay que creerles ni cuando dicen la verdad”.
- “Sólo porque alguien no te ame como tú quieres, no significa que no te ame con todo su ser”.
- “Hay que ser infiel, pero nunca desleal”.
- “La vida no es la que uno vivió sino la que uno recuerda y cómo la recuerda para contarla”.
- “Uno no es de ninguna parte mientras no tenga un muerto bajo la tierra”.
- “La novela es como el matrimonio: se le puede ir arreglando todos los días, y el cuento es como el amor: si no sirvió, no sirvió”.
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