Creador de una obra muy personal, el escritor argentino fue el más influyente del siglo XX
Hoy hace 25 años murió Jorge Luis Borges, uno de los más grandes escritores del siglo XX, autor de obras como Ficciones (1994), El Aleph (1949), El hacedor (1960) o El Informe de Brodie (1970. El literato argentino falleció el 14 de junio de 1986 en Ginebra, Suiza, por un cáncer hepático.
Creó todo un mundo a partir del relato fantástico, la metafísica y la subjetividad, no recibió el Premio Nobel, pero fue quizá el ensayista y crítico más influyente de la literatura universal. Es exigente con el lector debido a la simbología personal que utiliza; es, en fin, “un hombre de letras que refleja en sus escritos su propia confusión y el respetado sistema de confusiones que llamamos filosofía, en forma de literatura”.
Aquí algunas de las frases de este genial escritor:
“He cometido el peor pecado que un hombre puede cometer. No he sido Feliz”.
“Uno llega a ser grande por lo que lee y no por lo que escribe”.
“Uno está enamorado cuando se da cuenta de que otra persona es única”.
“Hay que tener cuidado al elegir a los enemigos porque uno termina pareciéndose a ellos”.
“Que cada hombre construya su propia catedral. ¿Para qué vivir de obras de arte ajenas y antiguas?”
“Quienes dicen que el arte no debe propagar doctrinas suelen referirse a doctrinas contrarias a las suyas”.
“El infierno y el paraíso me parecen desproporcionados. Los actos de los hombres no merecen tanto”.
“La belleza es ese misterio hermoso que no descifran ni la psicología ni la retórica”.
“La Universidad debiera insistirnos en lo antiguo y en lo ajeno. Si insiste en lo propio y en lo contemporáneo, la Universidad es inútil, porque está ampliando una función que ya cumple la prensa”.
“Yo no hablo de venganzas ni perdones, el olvido es la única venganza y el único perdón”.
“¿De qué otra forma se puede amenazar que no sea de muerte? Lo interesante, lo original, sería que alguien lo amenace a uno con la inmortalidad”.
“Somos nuestra memoria, somos un quimérico museo de formas incosntantes, ese montón de espejos rotos”.
“Todas las palabras fueron alguna vez un neologismo”.
“La felicidad no necesita ser transmutada en belleza, pero la desventura sí”.
“Yo creo que habría que inventar un juego en el que nadie ganara”.
“Si de algo soy rico es de perplejidades y no de certezas”.
“Creo que con el tiempo mereceremos no tener gobiernos”.
“Que otros se jacten de las páginas que he escrito; a mí me enorgullecen las que he leído”.
“Todas las teorías son legítimas y ninguna tiene importancia. Lo que importa es lo que se hace con ellas”.
“Sólo aquello que se ha ido es lo que nos pertenece”.

