Incluyen fórmulas de tinta invisible y técnicas para violar correspondencia
Luego de mantenerlos el gobierno 93 años bajo el código ‘top secret’, la CIA desclasificó seis documentos de la Primera Guerra Mundial (1914-1918) relacionados con las comunicaciones entre espías. Datados en el último año del conflicto, revelan fórmulas para fabricar y detectar tinta invisible o cómo abrir sobres lacrados sin que se notara.
Los avances de la tecnología permiten ahora que ningún enemigo de Estados Unidos pueda usar esas técnicas de comunicación sin que los servicios de inteligencia puedan descifrarlos; es decir, el que sean públicos ya no significa una amenaza a ese país.
Uno de los documentos detalla la fórmula de la tinta estadounidense y otro, escrito en francés y remitido por los servicios secretos galos, la alemana. Otra más detalla siete fórmulas para fabricarla. También hay instrucciones para los inspectores postales de cómo detectarla en las cartas mediante carbón vegetal, y medio centenar de posibilidades distintas de ser usada, como documentos ocultos en cápsulas de medicamentos o escritos en las uñas. Otro método remitía al uso de soluciones de almidón como las empleadas para planchar los cuellos y mangas de las camisas, o el yoduro de potasio.
Para abrir un sobre lacrado había que mezclar “cinco copitas de arseniato de cobre, tres onzas de acetona y añadir un litro de alcohol amílico, calentar en un barreño de agua, y el vapor disuelve el material de sellado por mucílago, cera o aceite”, pero el espía no debía inhalar el vapor pues podía morir.
Según la Ley de E.U., cada documento debe permanecer clasificado al menos 25 años.