Los barcos vikingos surcaron los mares primero para pescar, luego para comerciar y finalmente para saquear. Ahora, un equipo de arqueólogos del Instituto Noruego para la Investigación del Patrimonio Cultural (NIKU) detectó gracias un georradar de alta resolución, un barco vikingo enterrado debajo de un cementerio en el condado de Østfold, al sureste de Noruega. Los investigadores se encontraban estudiando tumbas vikingas, en el mismo lugar, cuando sucedió el hallazgo.
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Se tiene una idea de que los entierros vikingos consistían en sepultar al fallecido en el mar, quemando el cadáver en el que fue su barco. Pero parece ser que ese tipo de ceremonias también se realizaron en tierra, enterrando la nave.
Por su parte, el líder del proyecto, Lars Gustavsen, arqueólogo del Instituto Noruego de Investigación del Patrimonio Cultural (Niku), comentó para la revista Live Science:
“El entierro de un barco no existe de forma aislada, sino que forma parte de un cementerio que está claramente diseñado para mostrar poder e influencia”.
De acuerdo con los integrantes del NIKU, este hallazgo podría arrojar evidencia sobre las expediciones que realizó ese pueblo durante la Edad Media, aunque “necesitamos otros descubrimientos para afirmar cómo eran estos barcos y determinar cómo navegaban los vikingos”, agregó Knut Paasche, arqueólogo del organismo.
Su silueta de 20 metros de largo indica que se trata de la embarcación más grande, de esa época. De acuerdo con un comunicado emitido por el Instituto Noruego los datos indican que la parte inferior del barco aún se conserva.
“Este hallazgo es fascinante, ya que solo conocemos tres barcos vikingos bien conservados en Noruega que fueron descubiertos hace mucho tiempo. Esta nueva nave va a tener una gran relevancia histórica, ya que puede ser estudiada con la nuevas tecnologías en arqueología”, aseguró Knut Paasche.
El equipo planea realizar investigaciones adicionales para mapear digitalmente el hallazgo.