Acompañado de otros 4 esqueletos, el cadáver de un líder Sicán fue encontrado con una máscara pintada con sangre en Perú.
Hace mil años, en el actual Perú, un líder de la cultura Sicán falleció con todos los honores. Para conmemorar sus años de mandato, sus súbditos diseñaron una máscara mortuoria en oro puro. Para representar su grandeza militar, decidieron recubrirla en pintura roja, obtenida directamente de sangre humana. Siglos más tarde, su tumba fue redescubierta por un equipo de arqueólogos de la Universidad de Oxford, en el Reino Unido. Esto fue lo que encontraron.
Una máscara pintada con pigmentos naturales
Cuando los arqueólogos encontraron la máscara en Perú, todavía descansaba encima del cráneo del antiguo líder de la cultura Sicán. Según la datación de sus restos, el mandatario vivió alrededor del siglo X, y falleció cuando tenía entre 40 y 50 años de edad. La cabeza fue encontrada sin el resto del cuerpo, que estaba dispuesto a un lado —también pintado por completo en rojo.
Al analizar químicamente los pigmentos con los que había sido pintada, los científicos se percataron de que no eran colorantes convencionales. Aunque sí provenían de un algún animal, era claro que no se había conseguido de los insectos locales. Conforme el estudio avanzó, se percataron de que la máscara peruana estaba pintada con sangre humana.
En la composición del tinte, explica la química de Oxford Elisabete Pires, “contiene 6 proteínas que se encuentran en la sangre humana”, según reporta Smithsonian Magazine. Además, el líder no estaba solo. En el espacio se encontraron otros 4 esqueletos completos. Dos de estos pertenecieron a mujeres, posiblemente también de la realeza local.
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Un material resistente al tiempo
Los científicos no daban crédito inicialmente de que la pintura proviniera realmente de sangre humana. “La identidad del material de unión, que había sido tan eficaz en la pintura roja, seguía siendo un misterio”, escribieron los autores del estudio, publicado recientemente en Journal of Proteome.
Al analizar la disposición de los otros esqueletos encontrados en el espacio, los arqueólogos británicos determinaron que el líder de la cultura Sicán, en la Amazonía peruana, era muy apreciado en su comunidad. Uno de los esqueletos, antiguamente de una mujer joven, fue dispuesto como si estuviera a punto de dar a luz. Para ellos, esto simboliza el deseo de que el mandatario volviera a nacer.
De acuerdo con los autores, el recubrimiento rojo forma parte de un ritual mortuorio, dedicado exclusivamente para la realeza. “Podemos pensar que el uso de sangre humana como aglutinante es una extensión del dogma religioso que la élite sicán promulgó para que pudieran lograr la transformación y convertirse en antepasados deificados,” concluye Luciana da Costa Carvalho, líder del proyecto.
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