Arqueólogos descubrieron una cloaca bajo las ruinas de la extinta ciudad de Herculano
Cerca de lo que hoy es Nápoles, bajo las ruinas de Herculano, ciudad romana que junto con Pompeya estuvieron entre los asentamientos sepultados por el Vesubio cuando el volcán hizo erupción el 24 de agosto de 79 a.C., arqueólogos británicos encontraron excremento humano y al analizarlo en laboratorio descubrieron la dieta de los antiguos pobladores del Imperio Romano: comían muchos vegetales, así como erizos de mar y lirones, además de pescado, higos, olivas y huevos.
También padecían enfermedades, como infecciones bacterianas, pues las muestras contenían un elevado número de glóbulos blancos, encargados de combatirlas.
Los investigadores pertenecen al Proyecto de Conservación de Herculano y se introdujeron en un túnel de 86 metros de largo y dieron con el depósito de excremento, donde también había piezas de alfarería, una lámpara, 60 monedas, cuentas de collar y un anillo de oro decorado con una gema.
A diferencia de Pompeya, que fue sepultada con algunos metros de material piroclástico, Herculano fue investida por una nube de gas y material piroclástico con una temperatura superior a los 400 grados C que arrasó la ciudad a una velocidad de 70 kilómetros por hora.

