Después de una peligrosa erupción del volcán Çakallar durante la Edad del Bronce, algunos humanos se acercaron al lugar y dejaron huellas sobre la ceniza volcánica. Fue tan impresionante que la ilustraron en ocre sobre una roca cercana al oeste de la actual Turquía.
La erupción se produjo cuando explotó una mezcla sobrecalentada de magma y agua subterránea.
“Creo que las personas entusiasmadas por el ruido de la primera erupción hidrovolcánica comenzaron a acercarse al lugar de la erupción, a caminar sobre la ceniza húmeda y a dejar huellas detrás”, mencionó Isan Ulusoy, profesor de ingeniería geológica en la Universidad Hacettepe y autor principal del estudio.
Los investigadores se enteraron de esas huellas antiguas en la década de los 60, cuando los trabajadores que construían la presa Demirköprü, cerca de la aldea de Sindel, las notaron. Éstas ahora se conocen como “huellas Kula” porque están en el Geoparque Volcánico Kula.
Deducir la edad de las huellas
A lo largo de los años, diversos científicos han fechado las huellas de Kula, pero no siempre correctamente.
Para llegar al fondo de tal incógnita, los participantes del estudio utilizaron dos métodos de datación para señalar cuándo se tomaron las huellas. El primero fue a través de helio radiogénico, el cual mide la descomposición del uranio y el torio, para calcular la edad de erupción de los pequeños cristales de circón que se encuentran en el sitio.
También se utilizó la datación de exposición al cloro cosmogénico, el cual mide los niveles de cloro radiactivo que se forman cuando la radiación cósmica se convierte en átomos de calcio o potasio. La datación de la exposición al cloro cosmogénico revela la cantidad de tiempo que las rocas volcánicas se han asentado cerca de la superficie de la Tierra.
Los resultados mostraron que las huellas son de hace 4 mil 700 años (Edad de bronce). Tal fecha significa que no pudieron ser neandertales (extintos hace unos 40 mil años), sino humanos modernos, quienes las dejaron.

Los investigadores agregaron que las pequeñas huellas en el sitio indican que estas personas usaban bastones para caminar y estaban acompañadas por una especie desconocida de canes.
Además, un análisis previo sugería que estos humanos antiguos estaban huyendo de la erupción. Pero después de examinar las distancias entre los pasos, parece que quien los dejó caminaba a velocidades normales.
“Nuestras observaciones confirman que las huellas muestran una dirección de caminar de oeste a este hacia el volcán Çakallar. Esto puede indicar una breve pausa después de la deposición de cenizas, que fue lo suficientemente larga para que los humanos se acercaran al volcán después de su explosión inicial”.
Arte rupestre y registro científico
La edad de las huellas muestra algo espectacular sobre la obra de arte rupestre, pues indica que los humanos presenciaron la erupción del volcán. Por lo tanto, es posible que el arte, conocido como la pintura rupestre de Kanlitas, pueda representar rocas en erupción y flujos de lava.
El arte se encuentra a 2 kilómetros de las huellas, a unos 20 minutos a pie.
La ilustración muestra una forma circular similar a un cráter, con una línea debajo que puede representar la lava que fluye desde el volcán. Alrededor del cráter hay líneas, la cuales pueden representar respiraderos volcánicos, y marcas de manos sin algunos dedos.
Es posible que estos humanos estuvieran entre los primeros volcanólogos del mundo. Es decir, algunas de las primeras personas que vieron y luego registraron una erupción volcánica.
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