El genio nunca dejó de ser hombre; la mente más grande estaba dentro de una persona de carne y hueso
El 18 de abril de 1955 Albert Einstein murió. Tenía 76 años, en Princeton, Nueva Jersey, en un hospital mientras se trataba de la arteriosclerosis. El historiador y teórico del funcionalismo David Mitrany, quien compartió muchas veces con él, un dia después relataba en el periódico Manchester Guardian algunos aspectos de la personalidad del genio.
Cualquier profano conocía al científico, señalaba. Era sencillo y humano. En los años anteriores a la Segunda Guerra solía salir a caminar todos los días por Princeton. Transeúntes le sonreían y saludaban con un ‘Buenas tardes’; no había aduladores, la gente realmente se alegraba de haberlo visto.
Hombre perezoso, sus paseos eran cortos, y le gustaba navegar en un barco pequeño. Relataba Mitrany que cuando le preguntó el porqué lo disfrutaba, Einstein le respondió: “Es el único deporte que no requiere un esfuerzo físico”. Además de su simplicidad, al genio no le importaba la apariencia. No sólo no le gustaban los sombreros, no soportaba la corbata o los calcetines. Era inflexible cuando se trataba de asuntos científicos, no se daba concesiones a sí mismo. Al hablar todo parecía ser tan claro, recuerda Mitrany.
El 19 de abril de 1955 Albert Einstein ya había muerto, el hombre. Sucedió un día antes. El genio evidencia la relatividad del tiempo. Aquí algunas de sus frases:
– “El mundo no está amenazado por las malas personas, sino por aquellos que permiten la maldad”.
– “En los momentos de crisis, sólo la imaginación es más importante que el conocimiento”.
– “El que no posee el don de maravillarse ni de entusiasmarse más le valdría estar muerto, porque sus ojos están cerrados”.
– “La teoría es cuando se sabe todo y nada funciona. La práctica es cuando todo funciona y nadie sabe por qué. En este caso hemos combinado la teoría y la práctica: nada funciona? y nadie sabe por qué.”
– “El misterio es la cosa más bonita que podemos experimentar. Es la fuente de todo arte y ciencia verdaderos”.
– “Hay dos cosas que son infinitas: el universo y la estupidez humana; de la primera no estoy muy seguro”.
– “La mente intuitiva es un regalo sagrado y la mente racional es un fiel sirviente. Hemos creado una sociedad que rinde honores al sirviente y ha olvidado al regalo”.
– “La vida es como montar en bicicleta. Si quieres mantener el equilibrio no puedes parar”.
– “Los intelectuales resuelven los problemas; los genios, los evitan”.
– “Ninguna cantidad de experimentación puede probar definitivamente que tengo razón; pero un solo experimento puede probar que estoy equivocado”.
– “No podemos resolver los problemas usando el mismo tipo de pensamiento que usamos cuando se crearon.”
– “No sé con qué armas se luchará en la Tercera Guerra Mundial, pero sí sé con cuáles lo harán en la Cuarta Guerra Mundial: arcos y flechas”.
– “Quien nunca ha cometido un error nunca ha probado algo nuevo”.
– “Sería posible describir todo científicamente, pero no tendría ningún sentido; carecería de significado el que usted describiera a la sinfonía de Beethoven como una variación de la presión de la onda auditiva.”
– “Si la gente es buena sólo porque temen al castigo y porque esperan una recompensa, entonces verdaderamente somos un grupo lastimoso”.
– “Si mi teoría de la relatividad es exacta, los alemanes dirán que soy alemán y los franceses que soy ciudadano del mundo. Pero si no, los franceses dirán que soy alemán, y los alemanes que soy judío”.
– “Si supiese que es lo que estoy haciendo, no lo llamaría investigación, ¿verdad?”
– “Todos somos muy ignorantes. Lo que ocurre es que no todos ignoramos las mismas cosas”.
– “¡Triste época la nuestra! Es más fácil desintegrar un átomo que un prejuicio”.

