Este fenómeno sobrenatural fue considerado el más importante de Europa
En Bélmez de la Moraleda, pueblo ubicado en la provincia de Jaén, España, ocurrió lo que el parapsicólogo alemán Hans Bender consideró el fenómeno sobrenatural más importante de Europa: el 23 de agosto de 1971 apareció, en el piso de la cocina de una casa con domicilio en la calle Rodríguez Aroca 5, la imagen de un rostro. En el mismo espacio surgieron varios rostros más, semejantes a los de los frescos del arte bizantino, con ojos grandes y actitud hierática. Los habitantes de la casa y sus vecinos intentaron borrarlos con todos los medios posibles. La noticia se difundió por España y pronto acudieron al lugar expertos en fenómenos sobrenaturales.
El principal desafío de éstos, como siempre, fue discernir si las apariciones eran reales o si se trataba de un fraude. Uno de ellos, Germán de Argumosa, consideró que las apariciones eran producto de la energía psíquica liberada por María Gómez Cámara, la señora de la casa, al reaccionar con el hollín y la grasa de la cocina. Un hecho que apoya esta hipótesis es que cuando ella estuvo en el hospital, los rostros desaparecieron provisionalmente. Desde entonces empezaron a aparecer miles en distintas habitaciones de la casa; algunos se transformaron en cruces, torsos femeninos desnudos y caras de animales.
En 1989 un comité especial de la Asociación Parapsicológica de Cádiz registró fotográficamente las imágenes. Al año siguiente un equipo de investigación de esa clase de fenómenos, encabezado por el jesuita José María Pilón, siguió indagando sin descubrir truco alguno. El Consejo Superior de Investigación Científica de España no halló rastros de pigmentos o pinturas. Los escépticos sostienen que se trata de un fraude consistente en crear manchas en el cemento que, por el fenómeno de pareidolia (la tendencia a ver formas reconocibles en arreglos casuales de elementos, como las nubes), comenzaron a ser identificadas como rostros. En el libro Las caras de Bélmez, Francisco Máñez y Javier Cavanilles, redactor del diario El Mundo, afirman que los primeros rostros fueron pintados con la complicidad de la familia de María Gómez Cámara (o por la familia misma) y luego los propios investigadores paranormales agregaron otros más.
Fuente: Rumbo a lo desconocido, Reader?s Digest México