A partir del contacto con la civilización fenicia, un antiguo mandatario en Salamanca consiguió un amuleto de Hathor, la diosa egipcia de la realeza.
Salamanca ha estado habitada desde la Edad de Hierro. Aproximadamente, este periodo está datado entre los años 900 y 400 antes de nuestra era. Incluso desde entonces, en el cerro de San Vicente había una ciudad amurallada. En la actualidad, es el sector más antiguo que se mantiene de la ciudad. Al centro de ésta, había una construcción circular, en la que se asume que vivía el señor de aquel poblado antiguo.
En torno a la casa, otras construcciones habitacionales —presumiblemente de sus familiares— se alzaron hace 2 mil 500 años. Un equipo de científicos de la Universidad de Salamanca se encargó del proyecto de excavación. Nunca se esperaron que, al interior de una de estas casas prehistóricas, se encontraran un amuleto alusivo a Hathor, una diosa egipcia que era considerada la madre de todos los faraones. Al momento, nadie sabe qué está haciendo ahí.
Una diosa egipcia en España

El proyecto de investigación está siendo liderado por Antonio Blanco, experto de la Universidad de Salamanca. Además de otros materiales, el equipo a su cargo encontró un amuleto de Hathor, una diosa egipcia alusiva a la realeza antigua. A ella se le encomendaban asuntos de amor, fertilidad y política, por el carácter vengativo que de cuando en cuando asumía.
Estas excavaciones, sin embargo, no son nuevas. Por el contrario, según la cobertura de El País, iniciaron originalmente en la década de los 90. Los hallazgos más recientes han sido catalogados como ‘excepcionales’, por el estado de conservación en el que se encuentran. A pesar de ser estructuras de adobe, han resistido el paso de los milenios sin daños mayores. Hasta ahora, los arqueólogos piensan que el sitio tenía cuartos conyugales y otras recámaras familiares.
En total, cada habitación tiene una superficie de 30 metros cuadrados. Sin embargo, este estudio se centró en la casa del patriarca, que constaba de un “enorme hogar central con forma trapezoidal, que recuerda a una piel de toro extendida de connotaciones tartésicas”, según escribieron los autores. Tras un fuego ceremonial, fue quemada intencionalmente en el siglo VI a.C. Después de la pira, creen ellos, se dejó detrás el amuleto de Hathor.
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Un patriarca internacional

Los investigadores están seguros de que el amuleto de Hathor perteneció a un gran señor de la Edad de Hierro. Al interior de la casa, según reportaron para los medios internacionales, encontraron “una inusual abundancia de molinos para molturar cereales”. Esto podría ser un indicio de comidas comunitarias, en las que el mandatario se reuniera con sus súbditos.
Asimismo, se asume que fue un hombre poderoso por los artículos que se han encontrado en su casa. Muchos de ellos son de importación, lo que sugiere contacto con las culturas del Mediterráneo. Entre ellas, los fenicios y posiblemente los mismos egipcios. Además del amuleto de Hathor, se encontraron cuentas de collar y trozos de cuencos potencialmente venidos del Nilo.
De confirmarse el origen de estos artículos, querría decir que este mandatario consiguió contacto comercial con tierras a más de 5 mil kilómetros de sus aposentos. Podría ser, según Antonio Blanco, que la mercancía se haya obtenido por medio del contacto con los fenicios, que fueron los mejores comerciantes de la Edad Antigua. La evidencia sugiere que todos fueron regalos o intercambios que se llevaron a cabo en las fiestas de esta persona, hace miles de años.
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