La posibilidad de que una cobra egipcia esperara tranquilamente el momento final de la vida de Cleopatra en una canasta de higos es cuestionable.
La última gobernante de la dinastía ptolomaica en Egipto decidió no ver la caída de su magno imperio. En manos de los romanos, el colapso era inevitable. Abrumada por el dolor y la angustia política, según narra el mito, Cleopatra decidió quitarse la vida con una cobra egipcia. A casi 2 mil años de su defunción, la causa de su muerte ha sido puesta en tela de juicio por diversos historiadores.
Cobra egipcia: ¿la verdadera causa de muerte de Cleopatra?

Se tiene registro de que Cleopatra era una faraona erudita en las ciencias médicas de su imperio. Además de una gobernante poderosa, se destacó como comandante naval y lingüista, entre sus varios intereses culturales por el pueblo que tenía bajo su mando. Sin embargo, la experiencia imperial le duró muy poco: la ocupación romana terminó con ella, a cargo de Julio César.
Entre las tensiones políticas con Roma y las profundas carencias que el Imperio Egipcio ya tenía, se ha asumido históricamente que Cleopatra se quitó la vida. A los 39 años, en la ciudad de Alejandría, se dice que tomó a una cobra egipcia para que, con el veneno, terminara con su propia vida. Narrativas romanas alternativas sugieren que se envenenó con ungüentos tóxicos, para evitar aceptar su derrota frente a Roma.
Sin embargo, una revisión reciente de la Universidad de Manchester cataloga como “imposible” este escenario, según la BBC. La posibilidad de que la serpiente estuviera escondida en una canasta de higos resulta, a lo más, metafórica, desde el punto de vista de los académicos británicos. Ésta es la razón.
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Un escenario poco probable

La probabilidad de que una cobra egipcia descansara inmutable en una canasta llena de higos, para los historiadores encargados del estudio, descansa en el terreno mítico. Dada la presión del Imperio Romano para que la faraona cediera, es mucho más probable que haya perdido la vida de una manera precoz —y no por su propia mano.
Según el análisis de la Universidad de Manchester, la cobra egipcia que protagoniza la escena final en la vida de Cleopatra habría sido lo suficientemente grande y poderosa como para matar a la gobernante y a las dos sirvientas que la acompañaban. Nadie habría podido escapar a la ira de una serpiente enfurecida de esa talla.
Por esta razón, los historiadores de Manchester sugieren que Cleopatra fue asesinada en Alejandría, en el año 30 a.C. Las luchas de poder, los intereses políticos y el poderío militar romano son causalidades más razonables, bajo este filtro histórico, para la muerte de la última faraona ptolomaica. Por lo demás, el relato de la cobra egipcia funge como un elemento literario para la epopeya del Antiguo Egipto.
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