El 19 septiembre de 1991 fueron encontrados los restos momificados de Ötzi, un hombre que falleció hace más de 5 mil años. Su descubrimiento fue gracias a dos alpinistas alemanes en los Alpes de Ötztal, cerca de Hauslabjoch, en la frontera de Austria e Italia.
La causa de la momificación del cadáver se dio debido al frío extremo de la región donde falleció. Su cuerpo y pertenencias están expuestos en el Museo de Arqueología del Tirol del Sur de Bolzano, en Italia.
Un nuevo estudio a detalle del estómago de Ötzi descubrió qué fue lo último que comió este cazador antes de morir congelado.

Los últimos alimentos de Ötzi
El primer análisis en profundidad del contenido estomacal reveló que la mitad de su última ingesta de comida consistió en grasa animal, principalmente de una especie de cabra salvaje conocida como el íbice alpino.
Mediante una combinación de métodos que incluyeron la coincidencia de ADN e inspecciones microscópicas, los investigadores encontraron también rastros de carne de ciervo, trigo y mucha grasa de cabra montés. Además de múltiples rastros de helechos tóxicos.
Los analistas especulan que Ötzi pudo haber comido los helechos para deshacerse de parásitos tricocéfalos, que fueron descubiertos en sus intestinos anteriormente.
El hallazgo se dio gracias a una tomografía computarizada de su estómago, escondido debajo de la caja torácica cerca de sus pulmones encogidos. Hasta el momento, todo lo que se conocía acerca de la dieta de esta momia procedía del análisis de restos hallados en su intestino grueso.

Durante casi 20 años se pensó que su estómago no se había conservado, hasta que en 2009 en un escaneo los investigadores lograron identificar cálculos biliares y su estómago. Al parecer, durante el proceso de momificación se desplazó hacia arriba, lo que ocultaba su presencia.
Por su parte, Frank Maixner, microbiólogo del Instituto de Investigación Eurac y coautor del estudio, publicado en Current Biology comentó:
“Fue sorprendente ver esta dieta extraordinariamente rica en grasas”. Él claramente sabía que la grasa es una fuente de alta energía y realmente compuso su dieta para sobrevivir a gran altura”.
Los últimos alimentos de Ötzi lo fortificaron para un viaje que duró varios días en lo alto de los Alpes, pero puede que no haya sido la fiesta más agradable. Maixner añadió que el comer grasa subcutánea del animal no fue quizá la mejor experiencia que tuvo el cazador antes de quedar congelado.
“El sabor es realmente, horrible”. Y no tenían sal en ese momento”.
A Ötzi le tocó vivir en un periodo especialmente frío en el que no podían depender de los animales domésticos y tenían que volver a cazar animales salvajes para sobrevivir.

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El día que Ötzi fue encontrado
El cazador, que se cree que tenía 45 años cuando murió, vestía un abrigo de hierba tejido, usaba calzas y zapatos de cuero . Estaba cubierto con tatuajes de líneas simples, y llevaba un hacha de cobre, un cuchillo y flechas con punta de pedernal.
El cuerpo de Ötzi se almacena a -6ºC para garantizar que los restos no se deterioren. Para este nuevo descubrimiento, Maixner y parte del equipo de científicos, descongelaron parcialmente el cadáver para recolectar muestras y verificar los restos de su última comida.


