Te presentamos una selección de leyendas mexicanas de acá y allá
Aunque nadie ha logrado comprobar que existen los fantasmas, en la cultura popular de México hay muchas historias que los tienen como protagonistas, a ellos y a otros seres sobrenaturales. ¿Ocurrieron en realidad? Nadie lo sabe pues se trata de leyendas, es decir, narraciones de hechos naturales o sobrenaturales. Aquí te presentamos una selección divertida aunque algo escalofriante. Puedes leerlas en silencio en tu habitación o compartirlas con tus amigos a la luz de las velas?
La Llorona
Nadie le gana en popularidad a esta mujer que protagoniza la leyenda mexicana más famosa y antigua de todas. Su origen se remonta a la época anterior a la conquista española y las versiones varían. La más aceptada asegura que se trata de una dama engañada o abandonada por su esposo que, en venganza, mató o dejó morir por descuido a sus dos hijos antes de fallecer ella misma. Arrepentida de lo que hizo, su alma no puede descansar en paz anda penando por edificios antiguos, carreteras, las orillas de algunos ríos, ciudades y huertos. Se le reconoce por su grito terrorífico: ¡Aaaaay mis hijos! Pero en realidad no es agresiva. Le gusta fumar tabaco y escuchar música de guitarras.
El vampiro Tapat o el árbol de Don Jorge
En el siglo XIX llegó a Guadalajara, Jalisco, un hombre precedente de Europa. Don Jorge era rico y enigmático. Vestido de negro, salía a pasear de noche, cuando las calles estaban oscuras y vacías. Al día siguiente, sin explicación, aparecían animales muertos con marcas de dientes en el cuello. Los lugareños decidieron investigar la verdad y una noche escucharon gritos cerca del panteón de Belén. ¡Don Jorge estaba mordiendo a un señor! Corrieron a salvarlo, pero el vampiro logró huir. Al poco tiempo lo atraparon y le pusieron fin clavándole una estaca. Encima de su tumba creció un frondoso árbol. Dicen que cuando se rompa, Don Jorge saldrá a cobrar venganza.
Una enfermera nocturna: la planchada
No todas las leyendas son antiguas. Algunas, como ésta, tienen un origen reciente. Cuentan que en un hospital de San Luis Potosí, a comienzos del siglo XX, trabajaba una enfermera llamada Eulalia, a quien apodaban ?La Planchada? porque su presentación siempre era impecable. La tal Eulalia se enamoró de un médico de guardia que no le correspondía, comenzó a descuidar a los pacientes que tenía a su cargo y finalmente falleció de tristeza. Arrepentida de su irresponsabilidad, su fantasma regresa todas las noches a ese y otros hospitales del país para asistir a los enfermos que se quedan solos. Según dicen, es amable y servicial y ha salvado la vida de diversos pacientes que se hallaban en situación de emergencia.
Embarcación mágica: la mulata de Córdoba
En tiempos de los virreyes vivía en Córdoba, Veracruz, una hermosa mujer mulata (es decir, descendiente, en parte, de ancestros negros). Era muy seria y los chismosos empezaron a difundir rumores falsos sobre ella: dijeron que practicaba la magia y hechizaba a las personas. El alcalde se enamoró de ella y le propuso relacionarse. Ella lo rechazó y, en venganza, éste la acusó de hechicera ante la Inquisición, un tribunal que castigaba a los brujos. La apresaron en la fortaleza de San Juan de Ulúa y la condenaron a morir. Ella le pidió un gis a su carcelero; con él dibujó en la pared una barca que parecía real. Cuando estuvo lista, la abordó y escapó.
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