¿Quién fue el autor de la silla Barcelona? Describir la obra de la alemana Lilly Reich resulta por demás complicado, ya que su trabajo deslumbraba desde la vista y el tacto; incluso, las fotografías de la época, en blanco y negro y de poca calidad, no le hacen justicia a esta pionera de la arquitectura de interiores.
En los años 20 Reich pertenecía a la Deutscher Werkbund, una confederación que conjuntaba artistas, arquitectos e industriales, quienes buscaban crear objetos de uso diario que compitieran en calidad y diseño con los productos ingleses y franceses. Comisionada por la Deustcher, Lilly montó una exposición para la Feria Internacional titulada “De la fibra al tejido” para mostrar los procesos de producción de la industria textil alemana.
La exposición impactó por la calidad de los materiales que presentaba, y por la propuesta estética de Reich, quien tenía un talento único para convertir los espacios en obras de arte. El afamado arquitecto Mies van der rohe la vio y ardió en deseos de conocer a Lilly, por lo que un amigo en común de la Werkbund los presentó.
Mies tenía en puerta un proyecto monumental: la siedlung de Weissenhof, un conjunto habitacional donde renombrados arquitectos de la talla de Le Corbusier y el propio van der Rohe diseñarían y construirían casas y departamentos enfocados en el estilo de vida del hombre moderno. Lilly diseñaría el interior del departamento dos y ahí nacería una colaboración que se extendería por 12 años y ayudaría a moldear el rostro de la arquitectura moderna.

Entre telas y telares
Debido a que el diseño de casas y edificios era una tarea casi exclusiva de hombres, muchas mujeres de finales del siglo XIX y principios del XX entraron al mundo de la arquitectura por la periferia, en el caso de Lilly Reich, gracias al bordado de telas y el diseño de muebles.
Tras estudiar en una escuela de decoración, continuó su instrucción en Austria con el arquitecto Josef Hoffmann, quien dirigía la Wiener Werkstätte, un taller que producía objetos basados en diseños de artistas vanguardistas; ahí, comenzó la estrecha relación entre Reich y la idea de un arte que fuera parte de la vida cotidiana de las personas. Lilly volvió a Alemania, donde sorprendió con una de sus primeras obras: un escaparate para farmacia con estilo abstracto. Un año antes había ingresado a la Deutscher Werkbund, y para los años 20, ya era parte de su consejo directivo, además, dirigía su propio estudio de diseño de interiores.
Mies y Lilly
Tras conocerse, Mies y Lilly iniciaron una relación de trabajo y sentimental. La construcción de los departamentos de Weissenhof estuvo acompañada de una exposición titulada Wohnung (La vivienda), donde la pareja presentó los deslumbrantes pabellones titulados “La Sala de Vidrio” y la “Exposición de Linóleos”.
Pronto, Reich se mudó al departamento estudio de van der Rohe y comenzaron a colaborar de tiempo completo. Mies aportaba sus conocimientos en arquitectura, tanto clásica como vanguardista; Reich se enfocaba en el uso de materiales como el vidrio, los metales, las telas o el linóleo, además de su gran capacidad escenográfica para transformar espacios, lo que quedó de manifiesto en su celebrado “Café de Seda y Terciopelo”, un espacio formado sólo por telas monumentales y sillas que servía de descanso para los visitantes a una exposición de modas.
Lilly Reich gustaba de espacios abiertos, sin ornamentos y con decoración sobria, sus habitaciones tenían el mínimo de muebles; mobiliario pequeño e higiénico, perfectos para los pequeños espacios de la vivienda moderna. Proponía prescindir de las paredes y separar las habitaciones con paneles móviles, cortinas o muebles, incluso, llegó a crear un closet que era a la vez una cocina.
Su problema: mientras sus montajes eran un éxito, ella era prácticamente una desconocida porque todos los trabajos eran firmados por Mies van der Rohe.

La exposición de Barcelona
En 1928, correspondió a Barcelona albergar la Exposición Universal. El Pabellón de Alemania fue encargado a Mies. Lilly montó diversas salas separadas por elementos como cortinas, muebles o incluso maquinaria. Los visitantes quedaron deslumbrados con el elegante despliegue de elementos, en especial con las salas dedicadas a las industrias textil y cervecera.
La revolución en arquitectura en los primeros años del siglo XX vino acompañada de otra revolución en la industria; nuevos materiales, más ligeros y flexibles, que permitieron concebir creaciones minimalistas y elegantes que hubieran sido imposibles antes. Fue justo en la Exposición Universal de Barcelona de 1928 donde Lilly Reich presentó su gran creación: la llamada Silla Barcelona.
Tras la Exposición Universal, la pareja diseñó la Casa Tugendhat en Brno, República Checa, una elegante construcción escalonada ubicada sobre una ladera la cual mantiene abiertas sus puertas hasta el día de hoy como museo.
Al año siguiente, Mies fue nombrado director de la Bauhaus. Nombró a Reich directora del taller textil, pero las cosas no marchaban bien en la escuela, ya que sus profesores no eran del agrado del nuevo régimen nazi. El acoso se volvió más fuerte hasta que en 1933 se dio el cierre definitivo de la escuela. Confrontado públicamente con los nazis, Mies se vio obligado a huir a Estados Unidos en 1937 y con el tiempo se separó de Lilly.
Enemiga del régimen
En Alemania, Lilly se hacía cargo del despacho de Mies, con quien se escribía cartas regularmente. Poco después, los nazis destruyeron su estudio y en 1943 la recluyeron en un campo de concentración donde permaneció hasta el final de la guerra.
Antes de su arresto, Lilly tomó los diseños de su archivo, casi 2,000 de Mies y 1,000 de ella, y los escondió en una granja a las afueras de Berlín. La colección se salvó y hoy en día forma parte del acervo del MoMA (Museum of Modern Art) de Nueva York.
Tras la caída de los nazis en 1945, Reich volvió a dar clases y abrió su estudio de diseño y arquitectura. La cruel vida dentro del campo de concentración había hecho mella en su salud y Lilly falleció apenas dos años después, a los 62 años de edad.
Fue hasta mediados de los años 80 que los historiadores encontraron pruebas de la autoría de Reich en los diseños de van der Rohe. Revisión de bocetos y hasta pruebas dactilográficas formaron parte de la investigación, además de hechos como el que van der Rohe no había diseñado ese tipo de muebles antes de conocer a Lilly y no volvió a hacerlo tras su separación. Casi medio siglo después, Reich comenzó a recibir parte del reconocimiento que merece como pionera de la arquitectura de interiores.
La silla Barcelona de Lilly Reich
Desde el principio de su carrera, Lilly Reich mostró gran destreza en el arte del bordado, el cual aplicó en el diseño de muebles desde 1908. Esto, sumado a su interés por nuevos materiales metalúrgicos, la llevó a ser la primera mujer en diseñar una línea de muebles hechos de tubos de acero.
En la Exposición Universal de Barcelona, Reich y van der Rohe presentaron la Silla Barcelona, un mueble inspirado en la Silla Curulis, muy popular en la antigua Roma, que consistía en asiento plegable en forma de X.
Producida de forma artesanal, la Silla Barcelona estaba compuesta por un marco metálico unida por tuercas, el cual años más tarde fue reemplazado por una sola pieza de acero inoxidable; cintas de cuero para sostener los cojines forrados en piel de cabrito blanco, con 40 cuadros cosidos a mano con tapizado capitoné. Desde 1953 la empresa Knoll compró los derechos de la silla, la cual se vende hasta el día de hoy con un precio aproximado de cinco mil euros.
Texto por: Francisco Coca
Fuentes: Revista Muy Interesante México / Abril 2019, No.04