Conoce algunos de los grandes lujos de Pablo Escobar, el exjefe del Cartel de Medellín, que llevó una vida de excesos y notables caprichos.
Pablo Escobar es el nombre del mayor y más poderoso narcotraficante en la historia de Colombia y tal vez de toda América Latina. Conocidas son sus sanguinarias formas de actuar ante sus enemigos con tal de lograr que el Cartel de Medellín fuera el más próspero y poderoso de su país. Su inmensa fortuna le permitió no sólo labrarse un nombre legendario en el medio del narco, sino invertirla en los más impensables lujos, excentricidades y caprichos que hoy son legendarios en su biografía. Estos son algunos de los lujos de Pablo Escobar más absurdos que le dieron fama al que quizás sea el narco más famoso de todos los tiempos.
Coleccionista de autos, motos y otros vehículos
Pablo Escobar amaba los coches de lujo. En el estacionamiento del Edificio Mónaco, una de sus principales residencias, se encontraron más de 40 coches deportivos. Era tanto su amor por los autos que llegó a participar en carreras de velocidad.
Se sabe que también poseía helicópteros, motos, barcos y varias avionetas que le servían para transportar la droga a lo largo y ancho de la geografía colombiana. Algunos de los aviones también le servían para transportar otro de sus grandes caprichos: los animales exóticos.
Animales de todos los tipos

Escobar tuvo una propiedad conocida como Hacienda Nápoles, ubicada en Puerto Triunfo, Antioquia, en la cual llegó a tener una extraordinaria colección de especies animales. Rinocerontes, elefantes, jirafas o hipopótamos traídos desde África eran parte de su colección resguardada en tres zoológicos.
Los primeros ejemplares de su colección, que llegó a ser de más de mil ejemplares, los adquirió en 1981 con la llegada de cuatro hipopótamos, tres hembras y un macho para el particular lugar. Fueron llevados hasta Colombia de forma ilegal.
En esta hacienda también había un total de 27 lagos que fungían como decoración del lugar.

Una higiene personal algo exagerada
Escobar era un obsesivo de la higiene personal. Disfrutaba de largos baños de hasta tres horas y no aceptaba que nadie, a excepción de su esposa, le cortara el cabello. En cambio, le gustaba vestir ropa sencilla y nunca iba demasiado elegante. Era un enamorado de los sacos de pana y las camisas ligeras que su esposa le mandaba a hacer con un sastre de Medellín.

Se construyó su propia prisión con todo y campo de futbol
Para evitar ser extraditado a los Estados Unidos, Escobar decidió construirse su propia prisión: La Catedral, en 1991. Esto ocurrió bajo el amparo del presidente colombiano César Gaviria, primo de Escobar. La cárcel de La Catedral era, en realidad, una lujosa finca desde la que Escobar dirigía sus negocios bajo el amparo de las autoridades.
En este recinto, el narcotraficante mandó hacer un campo de futbol, pues Escobar era un obsesivo de este deporte al que seguía de manera religiosa. Es uno de los lujos de Pablo Escobar más famosos en la vida de este hombre.

Un fanático de las flores
Es sabido que Escobar era dueño de un lujoso penthouse en el Edificio Mónaco, en Medellín. Todos los días mandaba traer desde Bogotá un cargamento de flores para decorar esta propiedad. Es de suponer que gastaba una considerable cantidad de dinero en este capricho. En 2019, el edificio fue demolido y con ello una página más de la vida del jefe del Cartel de Medellín.
Un mito llamado Pablo Escobar
Durante un operativo, en diciembre de 1993, Pablo Escobar fue abatido en la ciudad de Medellín cuando intentaba escapar por el techo de su casa. De esa manera terminaba una era de violencia liderada por “El Patrón” o el “Zar de la droga”, como también le decían. Su vida y excéntricos lujos son bien recordados por historiadores, periodistas y personas ligadas al mundo del crimen organizado.
Tras su muerte, su tumba comenzó a ser sitio de visita de sus admiradores: algunos de ellos lo veneraban como un santo. Diversos autores han escrito libros sobre él y en la actualidad en Medellín hay un recorrido turístico por los diversos puntos que fueron parte de su vida. Su Hacienda Nápoles ahora es un museo que atrae a curiosos y seguidores de la “cultura del narco”.
Según estadísticas, Pablo Escobar fue responsable de la muerte de 5.000 personas entre 1989 y 1993 en suelo colombiano.
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