Repasemos algunos de los métodos de tortura más brutales con los que se ha castigado y asesinado a culpables e inocentes.
El hombre siempre ha sido ingenioso a la hora de hacer sufrir a sus semejantes. Un gran número de civilizaciones ha empleado recursos y creatividad en lo anterior con tal de demostrar su superioridad a propios y extraños. El filósofo alemán Erich Fromm decía que somos “el único animal que se regodea haciendo mal a los de su propia especie sin un provecho racional de tipo biológico y social”. Una prueba de ello son los métodos de tortura más brutales de la historia con los que se ha castigado y asesinado a culpables e inocentes. Demos un repaso por algunos de los más terribles.
El toro de bronce
El castigado se introducía en la figura de un toro fabricado en bronce. Una vez instalado en el interior, por fuera se prendía fuego al vientre de la réplica del animal. Cuando el metal se calentaba, el preso comenzaba a sufrir quemaduras indescriptibles. El toro de bronce tenía un sistema de tubos en su interior que hacía que los gritos de la víctima parecieran los siniestros mugidos del toro.
Poena cullei
Al momento de hablar de los métodos de tortura más brutales de la historia no podemos olvidar este que inventaron los romanos. Estaba dirigido a los hijos que mataban a sus padres y consistía en meter al condenado en un saco de cuero de buey junto con cuatro animales: una serpiente, un mono, un gallo y un perro. Acto seguido, el saco era lanzado al río o al mar.
Por esos tiempos se consideraba a la víbora como un animal parricida; el mono representaba una caricatura del hombre; el gallo, un animal feroz capaz de enfrentarse a un león; en tanto que el perro era un animal considerado inmundo por los romanos.
Los animales comenzaban a torturar al hombre y al final sus restos se mezclaban los unos con los otros.
Ling Chi o Leng T’ché, también conocido como La muerte de los mil y un cortes
Este doloroso castigo se utilizó regularmente durante la dinastía manchú (1644-1911. Se drogaba al prisionero con opio para después atarlo a un poste. Enseguida se le comenzaba a cortar en pedazos. El prisionero veía todo esto mientras sus partes eran colgadas frente a sus ojos. Su vida terminaba después de que se le extirpaba algún órgano vital. Este castigo se le aplicaba a las personas que cometían algún crimen contra la realeza.
Crucifixión

Este método de tortura fue inventado por los romanos. Consistía en desnudar, azotar y obligar al castigado a llevar una gran cruz de madera hasta su lugar de ejecución. Después se le clavaban las manos y los pies a la cruz. Mientras tanto, soldados o los espectadores apuñalaban, golpeaban o humillaban a la víctima.
La causa de la muerte variaba en cada caso: desde un shock séptico por las heridas abiertas, o la asfixia cuando el prisionero se agotaba y ya no podía soportar su peso y respirar correctamente. La crucifixión fue abolida en el Imperio Romano en el año 337.
La jaula colgante

Dentro de la lista de los métodos de tortura más brutales de la historia, se encuentra este que perteneció a la Inquisición. La víctima era encarcelada en esta jaula, completamente desnuda, y colgada. Con el paso de los días y las semanas, pasaba hambre, frío, sed y su piel sufría quemaduras en verano. Los cadáveres se dejaban a la vista del público hasta el desprendimiento de los huesos.
Keelhauling
Esta técnica de tortura se usaba para castigar a los marineros y criminales que cometían delitos atroces. El condenado era atado a una cuerda que se lanzaba por debajo del barco y se sacaba por el otro lado. Se lanzaba a la persona por la borda y la arrastraban por el agua bajo la quilla del barco. El desdichado se raspaba contra los afilados percebes.
Según el Diccionario Universal de la Marina de W. Falconer (1784), este castigo era legítimo en la marina holandesa. El castigado se ahogaba, moría por los golpes o su cuerpo quedaba destrozado.
La tortura de la rata
Este método es uno de los más aterradores y crueles de la historia: una víctima yacía tendida sobre una cama o superficie plana. Encima se le colocaba una jaula o caja (con una abertura en la parte inferior) con ratas en su interior.
A esta caja se le aplicaba una fuente de calor que comenzaba a quemar a las ratas. Al momento de buscar un escape, los animales comenzaban a abrirse paso por el estómago de la víctima, lo que le causaba un sufrimiento insoportable.
Águila de sangre
Es uno de los métodos de tortura más brutales que supuestamente practicaron los vikingos y que forma parte de su literatura. El castigado era abierto por la espalda con una espada. Luego se le separaban las costillas a los costados y le sacaban los pulmones, simulando un par de alas. Existen algunos estudios que demuestran que este método de castigo era posible, aunque su exactitud está rodeada de misterio.
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