Una de las grandes manifestaciones de libertad en la historia de la humanidad ha sido el movimiento contracultural del ’68. Gente de todo el mundo se reúne en plazas para gritar por la paz y la libertad, en contra de la guerra y a favor de libre expresión cultural y sexual.
Las masas comienzan a gritar…
En Berlín, Praga, Chicago, Madrid, Roma, Ciudad de México, Londres, los jóvenes salen a las calles…
Es la víspera del Año Nuevo de 1967, Charles De Gaulle, presidente de Francia, transmite su mensaje anual a la nación.
“Saludo el año 1968 con serenidad. Es imposible ver cómo Francia hoy puede verse paralizada por la crisis como lo ha estado en el pasado”.

Seis meses después, De Gaulle lucha por su cargo y París queda paralizada tras semanas de disturbios estudiantiles seguidos de una huelga general.
El viaje de Francia de la “serenidad” a la revolución en las primeras semanas de mayo es el evento definitorio del ’68. Un año en el que estalló una protesta masiva en todo el mundo.
De París a Praga, de Ciudad de México a Madrid, de Chicago a Londres…
Pasado: luchar por la libertad
En un momento en que las naciones y las culturas eran aún muy diferentes, se produjo una unión espontánea de espíritus jóvenes y rebeldes en todo el mundo.
Estas rebeliones no fueron planeadas, ni los rebeldes compartieron del todo una ideología o meta. La única causa que muchos tenían en común era la oposición a la guerra, aunque fueron impulsados sobre todo por un deseo juvenil de rebelarse contra todo lo que era anticuado, rígido y autoritario: por la libertad en todo sentido.
Lo que comenzó como una protesta relativamente pequeña y contenida contra una administración universitaria, una protesta de jóvenes e impacientes contra los ancianos e inflexibles, se convirtió en un movimiento de masas contra el gobierno.

Movimiento contracultural del ’68: Una generación sin precedentes
Después de la Segunda Guerra Mundial, gran parte del mundo experimentó un aumento inusual en la natalidad. Esta inmensa nueva generación nació en tiempos de paz y prosperidad en la mayoría de los países.
Fue la primera en crecer con los medios de comunicación masivos, como la televisión. Esto les dio una perspectiva común desde la cual ver el mundo.
Todos los que crecieron en esta era compartieron no sólo las noticias y los programas de la televisión, sino también vislumbraron el mundo de los demás. Además pudieron experimentar grandes eventos públicos sin estar presentes.
La educación pública fue cada vez más accesible a las clases medias y bajas.
La crisis de los misiles en Cuba y la Guerra Fría fue una experiencia compartida de esta generación. Saber que un ataque nuclear podría acabar con su vida en cualquier momento se reforzó con los simulacros de bombas, creando una atmósfera de miedo. A medida que crecían y llegaban a la adolescencia, el movimiento contra la guerra y cualquier otra manifestación de libertad se convertía en una fuerza en gran parte del mundo.
Impulso ideológico
El movimiento feminista hizo que una generación cuestionara su creencia de que la familia era más importante que el individuo. El movimiento por la paz les hizo cuestionar y desconfiar de la autoridad incluso más de lo que ya tenían.
Cuando comenzaron la universidad, muchos formaban parte de la cultura anti-establishment y se convirtieron en el ímpetu de una ola de rebelión que comenzó en los campus universitarios y barrios el mundo.
Las olas de movimientos sociales a lo largo de la década de 1960 comenzaron a moldear los valores de la generación que eran estudiantes universitarios en 1968.
Los manifestantes en cada país tenían mucho en común, incluida una participación a menudo instintiva de la política de izquierda radical, aunque fuera un movimiento muy confuso sobre su relación con el comunismo durante los años intermedios y posteriores de la Guerra Fría.
Jóvenes adelante
Esta generación tenía un sentido compartido de idealismo, el cual a menudo parecía ingenuo. Mostró sus raíces, por ejemplo, en el festival de música Summer of Love del ’67. Un acontecimiento que reunió a jóvenes estudiantes, trabajadores proletarios, bandas de rock y artistas anti-sistema.

Todos tenían una desconfianza enorme en todas las formas autoritarias: los padres, la policía, las administraciones universitarias y el gobierno.
Se compartió el espíritu común de la rebelión juvenil. En todos los países del movimiento, el crecimiento de la educación y la abundancia hizo que los jóvenes se definieran de repente como diferentes y en contra de las creencias y los valores de sus padres.
Los ’68
No hubo un solo movimiento contracultural del ’68. Los disturbios en Chicago fueron diferentes a las protestas en México, que a su vez diferían de los eventos de París en mayo. En cada caso las causas fueron diferentes.
Capitalistas
En los países capitalistas, el movimiento marcó un punto de inflexión para el movimiento de derechos civiles en los Estados Unidos. En reacción, las protestas también provocaron un amplio movimiento en oposición a la Guerra de Vietnam en todo Estados Unidos.
Las luchas contra las dictaduras, la represión estatal y la colonización también estuvieron marcadas por protestas, como el inicio de la división social en Irlanda del Norte, la masacre de Tlatelolco en la Ciudad de México y la escalada de guerrillas contra las dictaduras en Sudamérica.
Socialistas
Los movimientos socialistas de masas crecieron en Estados Unidos y en la mayoría de los países europeos. La manifestación más espectacular fue la de mayo en Francia, en las que estudiantes se unieron a huelgas de hasta diez millones de trabajadores. Durante unos días el movimiento pareció capaz de derrocar al gobierno.
También hubo protestas contra la falta de libertad de expresión y la violación de otros derechos civiles por parte de las élites burocráticas y militares comunistas. En Europa central y oriental hubo protestas generalizadas que se intensificaron, especialmente en la primavera de Praga, Checoslovaquia, en Varsovia, Polonia y en Yugoslavia.

¿Para qué fue el movimiento contracultural del ’68?
Todo fue para luchar por las libertades civiles, contra el racismo y la homofobia, en oposición a la guerra, así como para apoyar al feminismo, el movimiento ecológico y la libertad sexual.
También fue un grito hacia el futuro para dejar claro que los tiempos de restricción absoluta, pensamiento único y obscuridad estaban por acabar. No fue algo que empezó y acabó en una año…
Fue, es y será por la libertad.

