Luego de conocerse que Salvador Allende no se habría suicidado, ponen en duda el deceso del poeta
El domingo 23 de septiembre de 1973, alrededor de las 22:30 horas, murió el poeta chileno Pablo Neruda. Tenía 69 años de edad y el deceso lo causó un paro cardiaco, en la clínica Santa María, luego de que se le inyectara un calmante.
“El vate chileno, que recibió el Premio Nobel de Literatura en 1971, había sido internado en estado grave en la mencionada clínica el sábado. Posteriormente, a consecuencia de un shock sufrido luego de habérsele puesto una inyección de calmante, su gravedad se acentuó“, relataba en el segundo párrafo de la nota el diario El Mercurio.
“La baja brusca de presión arterial causó alarma al médico tratante, el profesor Roberto Vargas Salazar, quien solicitó la concurrencia de un cardiólogo, el cual diagnosticó su estado grave”, continuaba el escrito periodístico.
Un día antes, el sábado, cuando ingresó, había recibido visitas (entre ellas la del embajador de México en Chile, Gonzalo Martínez Corbalá), pero tras sufrir una baja de presión le fueron prohibidas, y luego entraría en un estado de precoma. La enfermedad que tenía era cáncer prostático generalizado.
La muerte de Neruda se registró 12 días después del golpe de Estado que encabezó en Chile el general Augusto Pinochet contra el presidente socialista Salvador Allende, quien por cierto todo parece indicar que no se suicidó en un salón de La Moneda, el 11 de septiembre de 1973, día de la asonada, con un fusil AK-47 que le había regalado el entonces presidente cubano Fidel Castro.
Un estudio realizado por el director del Departamento de Medicina Legal de Uruguay, el tanatólogo Hugo Rodríguez, reveló que el cuerpo de Allende tenía dos impactos de bala, uno dejado por un proyectil de efecto explosivo, es decir un arma de guerra, y otro de calibre más pequeño. El método que utilizó fue la ‘autopsia histórica’, basado en registros realizados al momento del deceso, en este caso por médicos del Hospital Militar, donde fue llevado el cadáver del presidente chileno.
Así, ahora estaría en la controversia la muerte del poeta entre las víctimas de la dictadura, luego que el asistente personal y chofer de Neruda, Manuel Araya, afirmara que el literato habría sido ejecutado para evitar su exilio y ejerciera un importante rol opositor contra el gobierno militar instaurado tras el golpe de Estado, además el diplomático mexicano Martínez Corbalá había señalado que, cuando lo visitó un día antes de morir, Neruda ‘podía conversar tranquilamente y caminó por la pieza’, no estaba catatónico como indicaba el acta de defunción.