Cientos de pequeñas islas alrededor de Escocia no surgieron naturalmente, sino que humanos del Neolítico las construyeron a partir de arcilla, bloques de piedra y madera, hace 5 mil 600 años.
Crannogs: riqueza histórica
Según un reciente estudio, estas islas artificiales, conocidas como crannogs, no fueron construidas en la Edad de Piedra, hace 2 mil 800 años, como se creía. Además, están en locaciones especiales para los posibles intereses de los habitantes, como movilidad, pesca y agricultura.
Al realizar una evaluación por radiocarbono, se encontró que cuatro de los crannogs fueron creados entre el años 3640 a. C. y el 3360 a. C.
Otra evidencia analizada, incluidas muestras terrestres y submarinas, y extracción y excavación paleoambiental, apoyaron la idea de que estos islotes en particular datan del Neolítico.

Sin embargo, los arqueólogos aún no han encontrado ninguna estructura neolítica en las islas, por lo que necesitan realizar más excavaciones.
Por otra parte, los buzos encontraron docenas de fragmentos de cerámica neolítica, algunos de ellos quemados, alrededor de los crannogs en Bhorgastail y Langabhat, Escocia.
De acuerdo a los investigadores, los habitantes arrojaron los recipientes al agua de manera intencional, posiblemente para un ritual.
También lee: ENCUENTRAN RASTOS DE ASENTAMIENTO HUMANO EN LAS PROFUNDIDADES DEL MAR DEL NORTE
Escocia: cuna de crannogs
Cada una de las islas es bastante pequeña y mide aproximadamente 10 metros de ancho. Un crannog en Loch Bhorgastail, Escocia incluso tenía una calzada de piedra que lo conectaba con el continente, como un pequeño puente.
Y, aunque —indudablemente— se necesitó mucho trabajo para construir estos crannogs, la estructuras eran claramente importantes para las poblaciones antiguas, ya que sólo en Escocia hay 570.
Hasta el momento, sólo el 10 % de los crannogs en Escocia han sido datados por radiocarbono, lo que significa que pueden haber más que estos recién descubiertos, además de albergar más información de cómo subsistían estas poblaciones.
Imagen de portada: F. Sturt y Duncan Garrow/Antiquity
También lee:

