Después de 3 mil años de mantenerse en secreto, el lenguaje de las mujeres en china, Nü shu, se enseña libremente a las niñas pequeñas.
La provincia de Hunan, al sur de China, está recubierta de picos montañosos. Esta orografía complicada cobija a miles de aldeas que, aunque aisladas, han logrado desarrollarse social y políticamente durante milenios de manera independiente. A pesar de que los sistemas de gobierno estuvieron dominados por varones durante generaciones, las mujeres locales desarrollaron el Nü shu: un estilo de escritura que les permitió comunicarse solamente entre ellas.
En secreto

De manera literal, Nü shu se traduce como ‘escritura de mujeres‘ en chino. No fue hasta el siglo XIX que tomó fuerza, al popularizarse en el condado de Jiangyong. Las mujeres de los pueblos Han, Yao y Miao consiguieron, de manera casi inmediata, una libertad de expresión poco frecuente en las comunidades tan cerradas como ésta.
Sin embargo, algunos lingüistas locales sugieren que el lenguaje es mucho más antiguo. Según los registros históricos, el Nü shu fue transmitido de generación en generación desde la dinastía Shang, que data de hace más de 3 mil años. Las madres del campo le mostraban a sus hijas cómo expresarse en esta escritura exclusiva. Ellas, a su vez, se lo mostraban a sus hermanas y amigas para poder escribirse entre sí, sin miedo a ser descubiertas.

En aquel pasado remoto, las mujeres gozaban de pocos privilegios sociales. Por el contrario, eran relegadas a un papel de servicio, en favor de los hombres de las comunidades en Hunan. Por esta razón, la escritura femenina del Nü shu se transmitió como una forma de resistencia y protesta entre la sociedad feudal china.
En algunos casos extremos, para que no escaparan de casa, las mujeres eran atadas por los pies. Las oportunidades educativas eran mínimas para ellas, cuando no nulas. Por esta razón, este sistema de escritura fue venerado por milenios: era una manera de escapar a esa represión de género, con la que tenían que lidiar a lo largo de sus vidas. Por esta razón, también, se mantuvo en secreto.
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Sólo en Hunan

Como la educación era negada para las mujeres en China, muchas de ellas decidían luchar contra el analfabetismo aprendiendo Nü shu. Este sistema dio pie a que una cultura femenina única se desarrollara en esta región del país que, aunque alejada de las grandes capitales, tenía este espacio social distinto, que en otros lugares no existía.
No fue hasta 1980, milenios después de desarrollarse originalmente, que el mundo exterior se enteró de la existencia de este sistema de escritura secreto. Más allá de Jiangyong, incluso dentro del mismo país, nadie sabía cómo funcionaba, cómo escribirlo, ni cómo leerlo. Había mujeres que toda su vida se habían comunicado así entre ellas y, a pesar de eso, no habían permitido que escapara el cobijo de las montañas en Hunan.

Hace 16 años, sin embargo, falleció la última ‘parlante nativa’ de Nü shu. A pesar de ello, el lenguaje está cobrando una fuerza nueva en China. Según la cobertura de la BBC, una aldea pequeña llamada Puwei está siendo el epicentro de este renacimiento cultural. Aunque sólo se puede acceder por medio de un puente colgante, miles de mujeres están yendo ahí para educarse.
Más de 18 aldeas vecinas saben que en Puwei se está replicando este sistema lingüístico. Ha ganado tanta importancia entre las mujeres chinas, que en 2006, el Nü shu fue catalogado como Patrimonio Cultural Inmaterial Nacional por el Consejo de Estado de China. Hoy, un museo dedicado exclusivamente a la memoria y conservación del lenguaje se construyó ahí mismo, en Puwei.
Un nuevo espacio social

A pesar de mantenerse en secreto durante milenios, hoy sabemos que cada símbolo alargado representa una sílaba. Originalmente se usaban palos de bambú para escribirse, pero hoy en día basta con plumas convencionales. Es una escritura fonética que se lee de derecha a izquierda, y resultó de mezclar cerca de 4 dialectos rurales de Jiangyong.
Las mujeres en Puwei hablan, cantan, bordan y se expresan en Nü shu libremente. Como herederas de su idioma femenino, enseñan a las más pequeñas a leer y escribir con estas reglas lingüísticas, de manera que puedan tener más herramientas para defenderse a nivel educativo. La represión de género, a pesar de los milenios, no se ha vencido todavía en China.
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