La Invasión de Normandía fue uno de los momentos más trascendentales en la Segunda Guerra Mundial para la victoria de los Aliados. Conocida como Día D, comenzó el 6 de junio de 1944 y logró la liberación de Francia del control Nazi. Pero el éxito detrás se debió —principalmente— a un trabajo de engaño: la Operación Bodyguard.
Durante la Conferencia de Teherán en noviembre de 1943, Franklin D. Roosevelt, Winston Churchill y Joseph Stalin, aprobaron un plan de engaño para debilitar a la fuerza Nazi. Ésta debía ser burlada en cuanto al lugar, el tiempo y los medios para el futuro desembarco en Normandía.

Engañar a un enemigo siempre es parte integral de un plan militar, pero nunca en la historia se llevó a cabo en una escala tan grande y con tanto éxito.
El nombre de la operación fue elegido debido a un comentario de Churchill:
“En tiempos de guerra, la verdad es tan preciosa que siempre debe ser atendida por un guardaespaldas de mentiras”.
Objetivo del engaño
La gran fortaleza geográfica nazi era el primer punto a vencer. Todo el Atlantikwall (Muralla del Atlántico) se extendía desde Noruega hasta el sur de Francia. Las tropas alemanas estaban alojadas en estructuras reforzadas en la costa para poder derrotar a los Aliados en la playa.
Los principales objetivos de Bodyguard fueron llevar a las tropas alemanas lejos de los lugares de aterrizaje y convencerlos de que el aterrizaje en Normandía (Francia) era una distracción para la invasión real que tendría lugar 45 días después.

Los alemanes debían estar convencidos de que se planeaban las siguientes acciones aliadas:
- Las operaciones de invasión iniciarían en la primavera de 1944 con un ataque combinado contra Noruega por parte de las tropas británicas, estadounidenses y soviéticas.
- Los Aliados continuarían sus operaciones en Italia donde ya estaban activos y expandirían estas operaciones a los Balcanes y Grecia.
- Si hubiera una invasión en Francia, ocurriría cerca del Paso de Calais y no antes de julio de 1944.
- Si hubieran desembarcos en la costa francesa, serían una distracción para la invasión real cerca del Paso de Calais.
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Las expectativas nazis
La visión personal de Adolf Hitler fue una parte importante en los planes de engaño. Una de sus convicciones fue que la Alemania imperial había perdido la Primera Guerra Mundial, porque su armada no tenía acceso a puertos fuera de Alemania.
Por ello en abril de 1940, los nazis atacaron el acceso al hierro sueco a través de Narvik y los puertos libres de hielo de Noruega. Golpearon a los convoyes aliados que ya estaban en camino de conquistar Noruega. Esta táctica le dio el poder a Hitler de controlar los mares del norte.
Hasta el final de la guerra, una fuerza considerable de unos 200 mil alemanes, incluso una división blindada de bajo rendimiento, estuvo estacionada en Noruega para la protección de sus puertos.
Hitler estaba convencido de que los Aliados posiblemente atacarían Grecia debido a que las fuerzas aliadas más débiles estaban en los Balcanes: Hungría, Croacia y Rumania.
Además, creía que el desembarco en la costa oeste de Europa se llevaría a cabo en el Paso de Calais. La distancia a recorrer por los barcos era más corta allí y esto también brindaría la mejor protección posible en el mar y en el aire. Las rutas de suministro serían más cortas.
Varias operaciones conjuntas
La Operación Bodyguard se dividió en varias operaciones más pequeñas. La Fortaleza y el Zepelín fueron los más importantes. Estas dos fueron realmente cruciales para el engaño en el desembarco en Normandía. También fueron los más grandes en términos de escala y recursos.
Zeppelin fue la campaña para hacer creer a los alemanes que se produciría una invasión en Grecia y los Balcanes.
La aún más importante Operación Fortaleza se dividió en tres áreas:
- Fortaleza Norte: la amenaza de una invasión aliada en Noruega y, por consiguiente, un avance a través de Dinamarca hacia Alemania.
- Fortaleza Sur: una invasión falsa dirigida a la costa del Paso de Calais o el Estrecho de Dover:
- La Fortaleza Sur II: engaño del tráfico de radio después de que las tropas hubieran aterrizado en Normandía para hacer creer a los alemanes que el verdadero ataque tendría lugar en el Paso de Calais.

La Operación Bodyguard tuvo éxito y la Invasión de Normandía tomó por sorpresa a los nazis. Como consecuencia, Hitler retrasó el envío de fuerzas militares al Paso de Calais por casi siete semanas y perdió el noroeste europeo. La táctica de controlar los puertos nórdicos no funcionó después de todo.
Tal debilitamiento llevó a los Aliados a tener una posición inigualable para comenzar el desenlace de la Segunda Guerra Mundial.
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