Con sus 800 hectáreas y 2.300 estancias, el majestuoso Palacio de Versalles es uno de los lugares preferidos para los visitantes de Francia. Es conocido por haber sido la residencia de diversos reyes y sus familias entre los siglos XVII y XVIII. Pero antes de convertirse en la gloria monumental que es hoy, este lugar era un sitio dedicado a la caza.
Fue en 1661 cuando se iniciaron las obras para la creación de los Jardines de Versalles, que finalizarían hasta cuarenta años después. El 7 de mayo de 1664, el Rey Luis XIV inauguró el Palacio de Versalles, que fue la residencia real hasta la Revolución Francesa.
Conoce algunos de los secretos más sorprendentes (y también siniestros) de este sitio.

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Prostitución en abundancia
Los enormes jardines y alrededores del Palacio de Versalles eran el sitio perfecto para que abundara la prostitución, actividad que era mal vista en aquella época. Luis XIV de Francia estaba totalmente en contra de ella, por lo que decidió no solo retirar a las mujeres que ofrecían servicios sexuales en las inmediaciones de Versalles, sino golpearlas en público.
Y fue más allá: a todo aquel que fuera sorprendido solicitando los servicios de una prostituta se le cortaría la nariz y las orejas. El problema nunca acabó del todo, pues Versalles era tan inmenso que ejercer un control sobre esta actividad sexual era tarea casi imposible.
Los alimentos del rey se enfriaban a menudo

Ya decíamos que el tamaño del palacio era inconmensurable. Tanto que existía una distancia enorme entre la cocina y las habitaciones donde se celebraban los banquetes, mismo que a veces reunían a miles de personas. Ocurría que para cuando la comida llegaba al rey, ésta ya estaba fría. Para resolver el problema, el Luis XV mandó hacer unas cocinas privadas en sus aposentos.
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Los malos olores abundaban
Cuando uno visita el Palacio de Versalles se da cuenta que todo es elegancia, lujos y sofisticación. Pero en el pasado, este sitio carecía de baños, por lo que los habitantes y visitantes tenían que hacer sus necesidades donde fuera. Esto provocó que los malos olores abundaran y fueran parte de la identidad de este sitio.
Solo los miembros de la familia real francesa tenían una especie de letrina en sus habitaciones donde arrojaban sus heces. Los sirvientes eran los encargados de vaciar y limpiar estos objetos.
Le Petit Trianon : el rincón secreto de María Antonieta

Cuando María Antonieta, reina de Francia y esposa del rey Luis XVI, se cansaba de la vida dentro del Palacio de Versalles, solía aislarse en un sitio conocido como El pequeño Trianón (Le Petit Trianon), donde se encontraban una granja, un teatro y una huerta.
También se dice que la reina ordenó hacer una especie de cueva o gruta en las inmediaciones en la que abundaba la vegetación. En ella había una especie de cama hecha de musgo. ¿Acaso estaba diseñada para que María Antonieta recibiera visitantes secretos?
La Real Casa de Fieras
El palacio albergaba este espacio donde vivían animales de todos los tipos. Fue creado por el arquitecto Louis le Vau y se le considera uno de los prototipos de los zoológicos. Los visitantes que acudían a Versalles veían en esta Real Casa de Fieras un espacio ideal para pasear y relajarse. Sin embargo, cuando la Revolución estalló, el lugar se abandonó.
¿Fantasmas en el Palacio de Versalles?
Miss Moberly y Miss Jourdain, dos mujeres inglesas, visitaron este lugar en agosto de 1901. Después de visitar el Trianon, ambas mujeres vieron la imagen de un hombre de aspecto inquietante en los jardines del palacio.
Enseguida se toparon con una mujer con un vestido y un sombrero muy anticuados. Ninguna de las dos figuras parecía ser de personas vivas.
Ambas mujeres publicaron un libro donde narraban sus experiencias en el Palacio de Versalles. En él contaban que otras personas fueron testigos de los mismos fenómenos que ellas.
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