Benedicto XVI abdicó a su cargo 600 años después de la última renuncia papal
Ayer 11 de febrero el Papa Benedicto XVI anunció que abdicará a su cargo como cabeza de la Iglesia Católica el próximo 28 de febrero, cuando se hará oficial, debido a “falta de fuerzas”, según el comunicado que emitió en latín. Y es que en 1992 el pontífice sufrió in ictus que derivó en complicaciones cardiovasculares hasta la fecha, además de tener problemas de diabetes e hipertensión.
Pero lo que más resaltó en el pontificado de Benedicto XVI fue la marcada revelación de cientos de casos de abuso sexual cometidos por sacerdotes de todo el mundo, la corrupción en el Banco del Vaticano y los problemas internos de la misma Iglesia.
Se trata de un suceso que, aunque es la quinta vez que renuncia un papa, no ocurre desde hace 600 años, cuando Gregorio XII abdicó en 1415 debido al Cisma de Occidente, cuando varios papas, hasta tres, se disputaban la autoridad pontificia entre 1378 y 1417. Así, es la primera vez que la iglesia católica enfrenta esta situación en la era moderna.
Será hasta marzo cuando se decida el nuevo ocupante del trono de San Pedro. Mientras, aquí te presentamos los momentos papales más representativos de la historia.
San Pedro
El primer papa de la iglesia Católica fue el discípulo de Jesús, San Pedro, cuyo nombre original fue Simón.
Pedro empezó pregonando en Asia Menor antes de llegar a Roma, donde vivió 25 años, hasta que el Emperador Nerón Claudio César Augusto lo crucificó en el año 67 d.C. La historia cuenta que Simón Pedro pidió ser crucificado con la cabeza hacia abajo por no considerarse digno de morir como Jesucristo.
Aunque nunca optó oficialmente el cargo de papa, es considerado tradicionalmente el primero de la historia de la Iglesia Católica.
La primer renuncia
El primer papa en renunciar fue Ponciano, el cual, se presume sin ser concluyente, que encabezó la Iglesia del 230 al 235 d.C.
A diferencia de sus predecesores, Ponciano no fue martirizado por la persecución del Imperio Romano a los cristianos. En su lugar, fue sentenciado a trabajos forzados en las minas Sardinianas del emperador Máximus el Traciano, quién se caracterizó por perseguir específicamente a los cabecillas de los cristianos.
Ponciano abdicó voluntariamente para evitar que la Iglesia quedara acéfala y sin poder, y permitir que alguien más tomara su cargo.
El fin de la persecución
Los siguientes siglos fueron turbulentos para la iglesia católica, debido a las persecuciones de cristianos y el martirio de los papas por parte del vasto Imperio Romano.
Pero fue en el 313 d.C. cuando el emperador Constantino el Grande puso fin a la persecución cristiana con el Edicto de Milán, declarándose como el primer emperador fiel a esa religión, permitiendo que el papa Silvestre I fuera el primero en gozar del mundo libre de peligro para los cristianos.
Después Constantino convocó al primer Concilio de Nicea, cuyo objetivo era establecer la paz religiosa y construir la unidad de la Iglesia cristiana, dividida por la controversia arriana, el debate sobre la naturaleza divina de Jesús, originando el Credo de Nicea, considerado la primera declaración oficial de fe cristiana.
Embajador de la Paz
El Papa Leo I, que reinó entre el 461 y 468 d.C., es famoso por lo que hizo antes de su papado. Fue un aristócrata, después obispo, que convenció al mismo Atila el Huno para no invadir Roma.
El cómo convenció Leo al conquistador mongol es debatible: para algunos, es posible que Leo le haya ofrecido al guerrero un botín, o que el mismo Atila usó esa reunión como excusa para regresar a sus tierras bajo algún tipo de estrategia.
Los otros Benedictos
Por supuesto que el papa actual, Joseph Aloisius Ratzinger, no es el único Benedicto ha pasado por las tronos papales, ni el primero en abdicar. Durante una era tumultuosa de la Iglesia Católica conocida como el saeculum obscurum, donde los papas se metieron en un sistema corrupto de decisiones aunado a una alianza con una familia aristócrata, un papa del mismo nombre renunció.
Hartos de dicha corrupción papal, los romanos pusieron a Benedicto V en la posición más alta de su iglesia en el 964, y evitar la perversión de la Iglesia. Pero el fundador del Sacro Imperio Romano, el Rey Otto, no estaba conforme con esta decisión: eligió a una contraparte papal de Benedicto V, Leo VIII, forzando al primero a renunciar pocos meses después de haber asumido el cargo.
Benedicto IX fue otro papa controversial. Ascendió al poder de la Iglesia en 1032 como resultado de conexiones familiares, a la edad de los 20 años. Este papa se distinguió por un carente balance moral y llevar una vida disoluta.
Por lo mismo, en el 1044, el pueblo romano eligió a otro anitpapa, o segundo papa. Pero Benedicto renunció a su cargo no por esto, sino al vender su puesto a otro sacerdote con influencias.
El papa mujer
Hay una leyenda que entre los años 855 y 877 hubo un papa llamado Juan que pudo haber sido mujer. La historia, retomada por un monje dominicano llamado Martín en 1265, entre otros, asegura que el Papa Juan fue una chica traída desde Atenas en atuendos masculinos.
Según la leyenda, esta mujer habría tomado clases y educación para comportarse como un papa hombre, pero se embarazó y dio luz a su hijo bajo una procesión eclesiástica. Sin embargo, el caos histórico de esos tiempos y las discrepancias entre las versiones sugieren que la ?Papa Juana? nunca existió realmente.
Los papas efímeros
Debido a diferentes circunstancias, hubieron papas que duraron muy poco tiempo. El Papa Esteban murió pocos días después de su elección en el 752, sin haber sido consagrado al oficio.
El Papa Dámaso ascendió al poder papal en 1048, después de varias disputas políticas, falleció 23 días después de asumir el cargo.
Celestino IV, elegido en 1241, murió 16 días después de su elección, antes de su coronación. El Papa Urbano VII reinó sólo 12 días después de asumir el cargo en 1590, siendo le periodo papal más corto en la historia de la Iglesia Católica.
Fuente: Enciclopedia Católica; “Monarcas Absolutos: Historia del Papado” (Random House, 2012) de John Julios Norwick